Salvajes: pelea de bandas dejó un adolescente baleado en la cabeza y al borde de la muerte

Un sangriento enfrentamiento entre integrantes de dos bandas antagónicas, en una cancha de fútbol en el barrio La Católica, terminó con un adolescente de 18 años baleado en la cabeza, quien se debatía anoche entre la vida y la muerte en el Hospital Regional.

Ni las medidas preventivas ordenadas por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus, detuvieron a los agresivos que sin necesidad de pretexto deciden “arreglar” sus diferencias a tiros.

El brutal episodio, según informó la policía, se produjo cerca de las 14.30 en un predio deportivo llamado “Los Telefónicos”, ubicado en calle Antonio Cruz al 1200 entre calle Misericordia y Costanera.

Allí se hizo presente la víctima -Marcelo Fabián Díaz (18), residente en el mencionado barrio- junto a su grupo para enfrentarse con los Palomino y otros.

La gresca se desató cuando los revoltosos, tras alistarse uno de cada lado de la cancha, se atacaron con machetes y cuchillos. En ese momento resultó herido en el hombro uno de los Palomino.

Según las averiguaciones, el adolescente herido -al verse ensangrentado- corrió a su casa y lejos de pedir asistencia médica, solicitó a sus hermanos ayuda para vengarse por la agresión que había recibido.

Sin pensarlo, los familiares de Palomino -entre ellos su padre, según revelaron los efectivos- salieron hacia el predio deportivo para “hacer justicia”. Al llegar se produjo un segundo enfrentamiento.

Disparos

En ese momento fue cuando Fabio Miguel Palomino -hermano del herido- sacó un revólver de entre sus prendas de vestir y realizó cinco disparos. Una de esas balas, impactó en la cabeza de Díaz, quien quedó tendido en el suelo, en un gran charco de sangre.

Ante esa situación el clan Palomino huyó de la escena mientras que los aliados a Díaz pidieron una ambulancia. El adolescente fue trasladado al Hospital Regional, a donde ingresó a la sala de Terapia Intensiva, en estado crítico.

Del brutal hecho tomó conocimiento personal de la Comisaría Sexta que informó al fiscal de turno, Dr. Martín Silva.

Según se supo, el representante del Ministerio Público Fiscal ordenó que la investigación quedase a cargo de la División Homicidios y Delitos Complejos, cuyos efectivos arribaron a al lugar de la tragedia junto con Criminalística.

Los detectives se entrevistaron con vecinos -ajenos al incidente- quienes aportaron datos que lograron llegar a dar con el sospechoso. Con pistas firmes fueron a buscarlo y lo apresaron cuando lo hallaron en la calle, a pocos metros del lugar.

Más tarde, los efectivos se trasladaron hasta inmediaciones de calle Alsina y Costanera -más precisamente a la vera del río Dulce- y secuestraron el arma que Palomino había enterrado.

Según se supo el revólver tenía seis cartuchos, cinco impactados y uno sin percutar. El arma fue secuestrada para ser peritada, mientras que el supuesto autor del disparo quedó tras las rejas.