Negaron la libertad condicional a un reo que abusó de las dos hijastras y embarazó a una de ellas

El juez de Ejecución Penal, Rubén Seiler, desestimó una solicitud de libertad condicional interpuesta por un presidiario, condenado en el 2014 a 11 años de cárcel por ultrajar sexualmente de sus dos hijastras, una de las cuales quedó embarazada.

La resolución fue dictada en contra de Oscar Antonio Sánchez, condenado el 7 de mayo del 2014 por la Cámara del Crimen de 2da Nominación, integrada por los vocales, Juan Carlos Storniolo, Graciela Viaña de Avendaño y Osvaldo Pérez Robertti.

El tribunal lo halló responsable de los delitos de ‘abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de guardador, todo en concurso real de delitos’.

Sánchez fue detenido el 6 de mayo del 2011, pero sus ilícitos comenzaron media década atrás, según el informe social ambiental entre sus vecinos.

El escenario de las vejaciones fue una humilde vivienda. En ella, dos niñas eran forzadas a vender pan en la calle y eran sometidas ante la pasividad de una madre que habría silenciado sus odiseas, es decir ‘apañado’ los ataques sexuales de su pareja desempleada.

Cuando los jueces pusieron fin a los ataques sexuales, una de las nenas ya era mamá. En el juicio oral, la contundencia de las pruebas tornó endeble los intentos de la defensa por contrarrestar una condena que se avizoró inevitable.

Ahora, Sánchez requirió a la Justicia la libertad condicional, ya que de la pena impuesta lleva cumplidos 9 años y días, según la investigación interna de la penitenciaría y del juez Seiller.

Aun cuando la matemática tornaría factible la pretensión, el juez pidió a las autoridades un detallado informe de conducta, trabajos internos, convivencia y salud mental.

Los escritos fueron lapidarios. Sánchez aún no está listo para ser reinsertado en la sociedad. Seiller rechazó el planteo y dispuso ‘terapia individual para Sánchez y explorarse desde un ángulo acorde a la relación conflictiva el abordaje de las posibilidades terapéuticas y enfocándose en la neutralización de riesgos para otros’, enfatizó.

Condena para la madre de la víctima por “encubrimiento”

En el juicio, Sánchez recibió 11 años de prisión y su pareja, Mercedes González, 6 años en suspenso. “Encubrimiento” fue la figura atribuida a González por el alto cuerpo.

Todo comenzó cuando Sánchez manoseó a una sobrina, quien lo denunció ante los padres y la Justicia.

El ex juez Ramón Gómez ordenó un socioambiental y los vecinos dijeron que tenía una hijastra de 11 años, quien había quedado embarazada.

Así, Gómez abrió otra causa y en forma sorpresiva Mercedes González -madre de la niña- la envió a La Rioja.

El magistrado insistió una y otra vez. La menor (ya de 13 años) regresó a Santiago. El ADN confirmó la paternidad de Sánchez sobre el niño.

Los expertos

Al referirse a Sánchez, los expertos concluyeron: “Posee una personalidad psicopática, con marcados rasgos narcisistas, individuo que se sobrevalora con sentimiento de omnipotencia y falta de empatía. Tiende a minimizar u ocultar los hechos que motivaron su condena’.