Con una activa presencia virtual de fieles, se realizó la Fiesta Chica del Señor de Mailín

La Fiesta Chica del Señor de los Milagros de Mailín convocó a miles de peregrinos virtuales a través de sus redes sociales, quienes tuvieron una activa participación durante la celebración eucarística central, mediante mensajes de alabanza, de súplicas y agradecimientos.

En el contexto de la pandemia por coronavirus, una vez más la fiesta en honor al Santo Forastero se concretó de una manera muy especial, en el que faltó la presencia física de los fieles, pero no dejaron de hacer sentir su fervor vía Facebook.

Los actos centrales de la fiesta patronal tuvieron lugar ayer, y fueron presididos por el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, Mons. Vicente Bokalic; concelebrados por el párroco del Santuario de la Villa Mailín, padre Sergio Quinzio.

Vale indicar que además de la misa central, que se trasmitió en vivo por las redes, se concretó la procesión con la imagen.

Esta vez, el Señor de Mailín recorrió las calles de la Villa acompañado por los sacerdotes. Homilía

“Renovemos esta alianza de amor con el Señor de Mailín. Aquel que contemplamos, el Señor de los Milagros es la encarnación del amor de Dios. Es bueno renovar esta alianza, porque muchas veces nos cansamos. La Biblia en un pasaje dice: “El pueblo perdió la paciencia y empezó a renegar contra Dios”. Nosotros también perdemos la paciencia. En estos largos meses en los que estamos más enclaustrados y limitados, cuántas veces perdimos la paciencia. Cuántas veces le dijimos a Dios, “hasta cuándo Señor”. Cuántas veces pasó por nuestra mente “¿Por qué Señor?”. Y ese silencio que nos responde. Silencio que nos invita a recordar su amor. Dios no nos abandona nunca, aun en las crisis más profundas de nuestra vida. él siempre está presente. Por eso nos envió a su hijo Jesús”, expresó el obispo en su sentida homilía, reflexionando sobre todo, en el tiempo que la humanidad atraviesa en el contexto sanitario.

Y ahondó: “Cuando venimos a Mailín, a mirarlo, a contemplarlo y a estar con el Señor, venimos trayendo dolores, sufrimientos, derramamos lágrimas por todas las cosas que vivimos, de emociones, de tristeza, de tantas cosas que nos pasan en nuestra vida. Pero nos encontramos con ese Señor, con los brazos abiertos, como diciéndonos: “Vengan a mí, que yo los voy a aliviar”. él siempre, al igual que hoy, se ofrece a aliviarnos a pesar de todo, porque quiere derramar abundantemente su gracia, la que brota de esta sangre derramada por amor, para restaurar, para sanar, y cambiar la historia y rumbo de nuestra vida. Este es el misterio del amor de Dios que celebramos al contemplar la cruz. Cuando venimos al Santuario, cuando contemplamos al Señor Crucificado, pidamos que sepamos perdonar. Esto que es tan difícil, que a veces humanamente es imposible, porque hay heridas en nuestros corazones por ofensas que hemos recibido, se puede lograr con su gracia, porque solamente el perdón puede generar historias nuevas”.

La imagen del Señor Forastero recorrió las calles de la Villa en una emotiva procesión sin acompañamiento físico

La imagen del Señor de los Milagros de Mailín recorrió las calles de la Villa, una vez finalizada la ceremonia. En esta oportunidad, el recorrido se hizo en un vehículo y sin el acompañamiento de los devotos, tal como ocurría antes de la pandemia.

Los fieles, a su paso, con aplausos, canciones y carteles, se unían a los festejos desde sus hogares. Otros se animaron a armar altares en su vereda, y al paso de la imagen, con pañuelos al viento, honraban a su patrono.

Mientras, el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, bendijo a todos los que se encontraban participando, de forma especial, de la fiesta chica del Señor de los Milagros.

Reflexión

Finalmente, Mons. Bokalic exhortó a todos los fieles que se unieron a los festejos desde sus hogares: “Pidamos al Señor transformar nuestros corazones y saber reconocer que somos tan pecadores unos como otros. Tenemos que superar muchas cosas que nos tienen apenados. Necesitamos que este abrazo con el Señor de Mailín nos perdone y llevar esa actitud a los demás. Sabemos que es tremendamente difícil, cada uno de ustedes tienen heridas en su corazón, pero nada es imposible con su amor. Debemos ser sanados por el Señor para ser instrumentos de paz”.