El ángel de los pueblos aislados El ángel de los pueblos aislados
Sin proponérselo, el Ing. Luis Umlandt podría considerarse una de las personas que más bien le hizo a muchas comunidades del interior santiagueño con una iniciativa que ayudó hasta el momento a unas 100 familias rurales que no tenían señal de celular en sus casas -porque viven alejadas de las zonas de cobertura de las antenas- a volver a conectarse al mundo desde el patio de sus casas, con un sencillo dispositivo que amplifica la señal y les permite contar con internet.
Este pequeño pero gran proyecto que comenzó en diciembre de 2019, benefició ya a un centenar de familias del norte del departamento Banda y una porción de Jiménez, y les transformó la vida a todos los beneficiarios.
En primer lugar, la comunicación es cotidiana. Dejó de ser una odisea pedir una ambulancia al hospital de Pozo Hondo, preguntar si llegaron los remedios o el avance de un trámite. Ya nadie tiene que salir en moto o a caballo 5 o 20 kilómetros hasta la ruta a Abra Grande para captar señal y recibir o enviar mensajes o hacer una llamada.
Y una de las mejores transformaciones tiene que ver con la educación de los niños de toda esa zona: quizás muchos hubieran estado condenados a no poder seguir las clases virtuales en esta pandemia, pero gracias a este dispositivo desarrollado por el Ing. Umlandt, recibir los apuntes, tomar clases y enviar trabajos, es ahora una realidad de cada día.
Estas familias están distribuidas en los parajes Abra Grande, Cerrillos, Palos Quemados, San Isidro, La Fortuna, La isla, San Nicolás, Vaca Muerta y Herrera en el departamento Banda, más El Rosario del departamento Jiménez. No pagan nada, excepto los materiales para armar la antena y ellos mismos las instalan a 10 a 15 metros de altura.
Una motivación muy personal
Si bien éste aparece como el proyecto de su autoría e impulso de mayor impacto en la comunidad, no es el primero que el Ing. Umlandt desarrolla siempre centrado en la preocupación de las poblaciones o familias rurales más alejadas y aisladas de los centros urbanos: “Parte de mi infancia la pasé en Huyamampa (departamento Banda) y siempre me preocupó el problema de la incomunicación, el aislamiento en las comunidades rurales, en los parajes”. De ahí la impronta de sus investigaciones y desvelos, que siempre tuvieron que ver con ese aspecto de la vida en el monte.
En marzo de 2018, Umlandt entregó 21 equipos reciclados y potenciados a los servidores que ese año trabajaron en la Fiesta Grande del Señor de los Milagros de Mailín, una ayuda estratégica para cumplir con mayor eficiencia su cometido. Para ello citó a su taller al padre Rubén Lasaga, rector del Santuario de Mailín, para entregarselos.
Con la escuela para ciegos
Mucho antes, en noviembre de 2011, dieron
a conocer la MAPP (Mini Antena Parabólica
Portátil), nombre que recibió en la Escuela
para Ciegos de Santiago del Estero el
aparato inventado por el ingeniero bandeño
Luis Umlandt, quien generosamente cedió
sus derechos, para que los alumnos de
la institución pudieran fabricarla, venderla y
obtener recursos para su formación. Premiada
en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología
de Tecnópolis y en 2012 en la Feria
Nacional de Ciencias se hizo en Salta. La antena
amplía las posibilidades de captación
de la señal de teléfonos celulares, especialmente
en los lugares donde ésta es débil por
encontrarse a mucha distancia de una antena
del servicio respectivo, de manera que es
un elemento de suma utilidad para facilitar
las comunicaciones de aquellos parajes del
interior provincial muy alejados de los principales
centros urbanos.
El profesional, junto a los estudiantes
bandeños Germán Federico y Gabriel Bonetti,
de la Escuela para Ciegos de Santiago
del Estero, expusieron los logros alcanzados
con la MAPP en Tecnópolis, y en las
provincias de Santa Fe y Jujuy, donde firmaron
convenios para que fuera fabricada por
ciegos o personas con algún tipo de discapacidad,
en beneficio de sus instituciones, al
igual que en Santiago.
En aquella oportunidad explicaba: “Tratamos
de conseguir las mediciones del Inti
y de otros laboratorios especializados, pero
o no tienen la tecnología adecuada o los
procesos son muy caros y no los podemos
costear. Si alguien nos ayuda, los gobiernos
de las provincias podrán seguir firmando
convenios de cesión de los derechos (la
MAPP está patentada a mi nombre), para su
fabricación, como una forma que los ciegos
y otros discapacitados puedan obtener recursos
económicos para sus escuelas, centros
o institutos”. Con este proyecto recibieron
varias distinciones provinciales y nacionales.