“Piense y hágase rico” más vigente que nunca: 10 enseñanzas de Napoleón Hill “Piense y hágase rico” más vigente que nunca: 10 enseñanzas de Napoleón Hill
Cuando el escritor y conferencista Napoleon Hill publicó el libro “Piense y hágase rico” en 1937, era uno de los
peores años de la Gran Recesión. Justamente ahí se considera que empezó el auge de la literatura de
superación personal, y gracias al boca a boca, la obra se convirtió en un éxito instantáneo, traducido a
docenas de idiomas.
Posiblemente el anhelo de muchas personas es tener mucho dinero; y quienes lo tienen dicen que se convierte
muchas veces en un gran dolor de cabeza.
Sin embargo, tener riqueza es mucho más: es un estado mental que
permite planificar los medios para adquirirla y llevar adelante esos pasos.
“En este libro se habla del secreto de cómo ganar dinero, un secreto que me contó Andrew Carnegie y que
funciona con más éxito cuando uno lo descubre y surge de forma evidente”, dice Hill. El autor se reunió con
centenares de millonarios, muchos de los que admitieron que habían hecho fortunas con el secreto de
Carnegie, por ejemplo, Henry Ford, Thomas Alva Edison, John D. Rockefeller y Alexander Graham Bell.
El secreto es este: “Todo logro, toda riqueza ganada tiene su principio en una idea”. Esto significa que los
pensamientos que tienes son cosas, y si esas cosas son útiles y solucionan de verdad los problemas de otras
personas, éstas estarán dispuestas a pagar por ello. Por eso es importante aceptar que todo lo que tu mente
puede imaginar, es posible crearlo y alcanzarlo.
¿Y qué pasa con esas personas que no quieren dedicarse a estudiar los fracasos como paso para el éxito?
Napoleón Hill afirma que todo empieza con un ferviente deseo que se orienta a la acción a partir de un
propósito inicial muy preciso que permite aprovechar las oportunidades cuando van surgiendo.
Las 10 enseñanzas prácticas de Napoleón Hill
1 - EL DESEO ES EL PRIMER PASO PARA FORJAR RIQUEZA
Tiene que ser palpitante, algo que te conmueva y que te lleve a la acción. No es lo mismo suspirar ansiando que
algo pase, o imaginarlo, que moverte para conseguirlo: el resultado es totalmente diferente.
2 - TENER UNA PROFUNDA CONVICCIóN
Es este aspecto cercano a la fe ciega en uno mismo y en su potencial lo que te hará aceptar que no tienes
limitaciones, y que puedes lograr que tu mente juegue a tu favor. La fe, que deriva de esa convicción, es una
de las emociones positivas que te ayudarán dándole instrucciones a tu mente subconsciente -que es
donde están las emociones y sentimientos-. Del tipo de estímulo que le des a esta parte, va a ser el resultado.
En la forma apropiada, la convicción y fe de qué Sí es posible será devuelta por el subconsciente en forma
de planes, alternativas, personas y oportunidades para avanzar en tu camino de la riqueza. En este punto
es importante escribir tus metas y objetivos en positivo, y repetirlos en voz alta todos los días, para que se
fijen en tu mente. Hill habla también de la necesidad de trabajar con las afirmaciones positivas diariamente
para que puedas entrenarla en traer los pensamientos adecuados que generarán las acciones precisas que te
llevarán a concretar lo que anhelas. Como observas, para hacerlo tienes que trabajar una y otra vez en ello:
no es magia, es accionar permanentemente.
3 - SER PRECISO EN LA META QUE SE QUIERE OBTENER
El autor habla de que, cuando hayas asentado el deseo de tener más riqueza (como un sentido más amplio de
abundancia), necesitas hacer seis pasos prácticos. Veamos este ejemplo relacionado con la riqueza
económica: primero, determinar exactamente la cantidad de dinero que quieres obtener. Segundo:
determinar qué darás a cambio de ese dinero. Tercero: establecer un plazo en el que quieres tener ese dinero.
Cuarto: trazar un plan preciso de hábitos que te llevarán a alcanzarlo y empezar de inmediato, con disciplina y
constancia. Quinto: escribir y firmar en papel todo lo anterior que has decretado para ti. Sexto: leerlo en
voz alta dos veces al día, al levantarse y antes de acostarse. A la vez, pensar, sentir y actuar “como si” ya
estuvieses viviendo la experiencia que quieres crear. El paso en el que falla la gran mayoría de las personas
es en el de la disciplina y constancia; si no lo haces, no lo alcanzarás jamás.
4 - SUMAR CONOCIMIENTOS ESPECIALIZADOS
No se adquieren sólo estudiando en la universidad, sino, fundamentalmente, poniendo en práctica de
inmediato lo que se aprende y alinearlo con el plan de acción que estás siguiendo. Puedes adquirirlos con
un mentor, con un coach con experiencia, escuelas, casas de estudio, bibliotecas y el leer permanentemente,
películas, cursos, seminarios… todos los caminos son válidos siempre que incorpores lo nuevo y lo lleves a
la acción en forma práctica y concreta, es decir, no quedarse en la teoría.
5 - UTILIZA APROPIADAMENTE TU IMAGINACIóN
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Dice Napoleon Hill en su libro que hay dos tipos de imaginación: la sintética y la creativa. La primera permite
asociar conceptos ya incorporados y, al hacer sinapsis con las conexiones neuronales, aparecen nuevas
combinaciones. La segunda es la que te permite guiarte hacia lo nuevo con la inspiración que produce
resultados innovadores. De inmediato, es necesario pasar esas flamantes ideas a la acción para que no se
duerman dentro tuyo.
6 - TRABAJAR EN EQUIPO
En el plan de acción es importante enfocarse en la organización y la conducción de personas que van a
contribuir con tus objetivos y metas. Ninguno de nosotros tiene toda la experiencia para hacer de todo, y
mucho menos, crear riqueza sin el trabajo mancomunado. El autor propone que las dinámicas de un equipo
generan una fase psíquica -coordinar los cerebros funcionando en armonía- que permite crear soluciones a los
problemas. Es lo que conocemos como “brainstorming” (tormenta de ideas).
7 - ENTRENA TU LIDERAZGO
Todos los grandes líderes empezaron siguiendo a otros. Luego, aprendieron a liderar: es una habilidad que se
puede entrenar. Nadie puede conducir a otros si no toma las riendas de su vida; por eso es que, en el lugar
donde te encuentres ahora, aprende todo lo que puedas, aun siendo seguidor de un líder. Algunas
características que necesitas ejercitar son el valor inquebrantable, confianza en ti, coraje, autocontrol, sentido
de equilibrio (Hill habla de ser un líder justo), toma de decisiones y precisión en los planes que encabezas.
8 - EVITá EL FRACASO: UTILIZá AUTOANáLISIS
Si bien los tropezones forman parte de la vida, se trata de evitar ir abriéndoles la puerta a cada paso. La gente
fracasa porque piensan que hereditariamente no vienen dotados de capacidades o tienen influencias de
entornos no favorables. También por no tener definido su propósito en la vida, la falta de ambición para superar
la mediocridad, la falta de autodisciplina, la procrastinación, la falta de entusiasmo, personalidad negativa, la
intolerancia y la falta de perseverancia. ¿En cuáles te reconoces? Para mejorar en estos aspectos usa el
autoanálisis, que consiste en revisar permanente y constantemente cómo estás actuando, desde qué
paradigma o creencia de tu vida, y pregúntate siempre de qué forma puedes mejorar más y más. Así,
empezarás a reconocer tu valía, y verificarás tus progresos y retrocesos.
Napoleón Hill propone algunas preguntas para autoanalizarte siempre, que aquí me permito reformular
levemente: ¿compraría mis propios productos o servicios? ¿He sido armonioso y cooperativo? ¿He sido egoísta
o injusto? ¿He inducido a los demás a respetarme? Me permito agregar: ¿Yo los respeto? También: ¿He mejorado
mi personalidad? ¿Aumenté mi capacidad de trabajo y liberé mi potencial? ¿Me suelo quejar de sentirme mal?
¿Por qué causa? ¿Encuentro defectos en los demás? ¿Cometo errores en el trabajo? ¿Estoy a la defensiva?
9 - TRABAJá SOBRE LOS TRES MAYORES ENEMIGOS DEL éXITO
La indecisión, la duda y el temor. Puede ser que tengas algunos más, y lo interesante es que si trabajás en
ellos podrás disminuir la potencia que frena tu desempeño. El juego interno de estos limitantes es que
aparecen sin pedir permiso, germinan dentro nuestro. Por lo general están asociados a seis temores básicos
de los humanos: miedo a la pobreza, a la crítica, a la enfermedad, a la pérdida de amor (o sentir que no se
te quiere), temor a la vejez, y a la muerte. Todos ellos crean internamente un estado de preocupación
permanente si les dejas actuar. Trabaja internamente: es la mejor fórmula para conocerte y, a la vez, auto liderar
tu vida.
10 - CONTROLá TUS PENSAMIENTOS
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O, como me gusta decir, gestiónalos. Los pensamientos son la fuente de todos tus logros ya que de ellos
depende directamente el éxito o fracaso de tus acciones. En esencia, son energía magnética que atraen lo
similar: piensas en negativo, atraes negatividad; piensas en positivo, atraes positividad.
Es posible que muchos usen una extensa lista de justificaciones con todos los “no puedo” y “no se” y
“pero…” y “no me dejan” para evitar sentarte sobre la responsabilidad personal sobre tu vida. Sólo
asumiéndola plena y cabalmente vas a lograr alcanzar el secreto del éxito de las personas que hicieron grandes
riquezas, como ha investigado Napoleon Hill en su libro, y así, crear los hábitos que te permitan acercarte a
esa o cualquier meta que te propongas -no necesariamente económica-. De ti depende.