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La importancia de los controles oftalmológicos de rutina, más allá de los tiempos de pandemia

20/09/2020 23:24 Opinión
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La importancia de los controles oftalmológicos de rutina, más allá de los tiempos de pandemia La importancia de los controles oftalmológicos de rutina, más allá de los tiempos de pandemia

La pandemia del coronavirus y la cuarentena obligatoria decretada para prevenirla cambiaron drásticamente la cotidianidad no sólo en el país sino en el mundo.

Ya en el sexto mes de aislamiento social hay cuidados especiales -personales y familiares- a los que se debe prestar especial atención, precisamente, para preservar la salud de manera integral.

En este sentido, el cuidado de los ojos es uno de los temas a tener en cuenta, pues durante este periodo se acumulan muchas más horas frente a las pantallas, sea de un teléfono como de una computadora o un televisor.

Al respecto, desde la Sociedad de Oftalmología de Santiago del Estero aconsejamos que siempre es importante el cuidado de la salud visual, pero hay algunas cosas a las cuales tenemos que prestar más atención durante la cuarentena.

El uso continuo de computadoras, celulares o tabletas puede, por un lado, desencadenar o agravar síntomas de ojo seco y, por el otro, llevar al cansancio visual o astenopia, señalan todos los especialistas.

Desde que comenzó la cuarentena las consultas presenciales en las guardias oftalmológicas han disminuido en un 80%, además, del total de pacientes que nos consultan, entre el 70 y el 80% lo hacen por cuestiones relacionadas con el ojo seco.

Sin embargo, abandonar los tratamientos oftalmológicos durante la cuarentena por la pandemia de Covid-

19 puede causar graves consecuencias en la visión, en especial ante patologías que generan cambios abruptos de la agudeza visual, como obstrucciones vasculares de los vasos de la retina o desprendimientos de retina que necesitan ser tratados en tiempo y forma.

Así lo estamos advirtiendo los oftalmólogos y, además, otras patologías que requieren consulta urgente son los traumas, a su vez, una falta en la consulta en estos casos puede generar consecuencias en la calidad o cantidad de visión.

También hay patologías de tratamiento crónico, como por ejemplo la degeneración macular del tipo húmedo relacionada a la edad, que al ser degenerativa restringe el funcionamiento de la parte central de la retina. El problema de esta patología es que genera una pérdida de la visión central, y si se suspende el tratamiento, el mismo puede fracasar.

Esta patología afecta frecuentemente a la población adulta de más de 60 años, requiere controles periódicos y se trata con inyecciones intraoculares de sustancia antiangiogénicas cuyo objetivo es secar la humedad y que no progrese la cicatriz de la mácula, así el paciente conserva la visión central.

El tratamiento requiere inyecciones mensuales inicialmente y si lo suspendemos corremos el riesgo de que fracase el tratamiento por lo que se sugiere no interrumpirlo.

Estas patologías son la causa más frecuente de ceguera permanente o pérdida irreversible de la visión central en pacientes adultos mayores. Si bien no conduce a la ceguera absoluta, impide visualizar los detalles con precisión, lo cual repercute directamente en las actividades de la vida diaria de una persona generando incapacidad para la lectura o para ver nítidamente los objetos y los colores.

Lamentablemente durante el período de cuarentena hubo una baja importante en las consultas de este tipo sobre todo porque son pacientes añosos y lógicamente tienen miedo de deambular por la calle y contagiarse de coronavirus, aunque hubo pacientes que optaron por tele consultas.

Poco a poco, con la flexibilización de la cuarentena, los consultorios oftalmológicos comenzaron a recibir más pacientes, por lo cual tuvieron que aggiornarse y crear sus propios protocolos sanitarios.

En Santiago, cuando recibimos pedidos de atención, antes de darle un turno al paciente se le pregunta si tuvo fiebre, dolor de garganta, tos o dificultad para respirar en los últimos días. Se le pide, además, que concurra con barbijo y en la sala de espera se evita juntar pacientes y se les controla la temperatura. Entre paciente y paciente se limpia exhaustivamente tanto la sala de espera como el consultorio, y se suministra alcohol en gel, todo ello como medidas precautorias de bioseguridad.

Por qué los pacientes con maculopatía deben cuidarse especialmente

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos años están aumentando las causas de discapacidad visual y ceguera legal (disminución de la agudeza visual de forma irreversible) relacionadas con la edad, al igual que la pérdida de la visión por la diabetes no controlada, ya que la maculopatía es un trastorno que suele afectar a personas mayores.

La maculopatía diabética o edema macular diabético es una de las principales causas de ceguera en personas diabéticas de entre 40 y 65 años a nivel mundial y la principal causa de pérdida de la visión en la población en edad laboral en países desarrollados.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud de la Nación, uno de cada 10 argentinos sufre diabetes, y el edema macular diabético es una de las complicaciones que pueden tener los pacientes con diabetes en su visión.

Se trata de una enfermedad causada por la diabetes que produce daño en la retina y aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo. Este deterioro provoca acumulación de líquidos en el área macular y la filtración de fluidos y sangre a la retina, produciendo edema en la mácula, responsable de la visión central y detallada, e impidiendo que el paciente pueda ver correctamente.

Sin embargo, el 80% del total mundial de casos de discapacidad visual se puede evitar o tratar, por lo que es inconveniente interrumpir los tratamientos pese a la cuarentena.

Por todo ello, más allá del aislamiento social y los cuidados lógicos de estos tiempos, no se debe dejar de lado los controles oftalmológicos de rutina, en los niños se recomiendan controles al año, a los 3 y a los 5, y en el ingreso escolar; luego se irán espaciando según indicación del especialista, en los adultos, como regla general, se sugieren controles uno o dos veces por año, aunque, dado que hace casi seis meses que los argentinos estamos en nuestras casas sobre expuestos a las pantallas, lo ideal es tomarse un tiempo cuanto antes para consultar a un médico oftalmólogo.


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