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EL LIBERAL . Santiago

La familia: su importancia en la prevención, desarrollo de las adicciones y recuperación

El flagelo de las adicciones se agudizó durante la pandemia y preocupa a los especialistas

El flagelo de las adicciones se agudizó durante la pandemia y preocupa a los especialistas.

11/10/2020 00:26 Santiago
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Uno de los problemas que persisten e incluso se han agudizado durante este tiempo de pandemia es el de las adicciones, que afectan sobremanera al entorno de la persona que consume, generando un contexto en el que la familia tiene una vital importancia tanto en la contención como en la recuperación.

Así lo interpreta la licenciada Viviana Zaiek, quien preside la Fundación Piedras Vivas, entidad que trabaja en la recuperación de personas que cayeron en las adicciones, entre otros problemas sociales que aquejan en la actualidad, como la violencia de género.

“Las adicciones no sólo dañan al sujeto que consume, sino también a su entorno, y de manera muy significativa a la familia”, afirmó la licenciada Zaiek a EL LIBERAL.

Al introducirse en el tema, analizó que “hablar de la problemática de las adicciones lleva a pensar inmediatamente en las personas que consumen, en los efectos negativos que les producen, en las causas que pueden llevarlas a incursionar y transitar ese mundo, etc. No hay dudas de que son las afectadas en primer término”.

“Es una realidad, no siempre advertida mientras haya sido vivida, que cuando en la familia uno o más de sus miembros consumen, todo el grupo familiar sufre y se ve afectado. La comunicación, la dinámica de las relaciones, y la conducta de cada uno cambian y se hacen disfuncionales. Esos cambios forman parte del cuadro de la adicción y provocan, por un lado, lo que se denomina codependencia en los familiares, y por otro, el fortalecimiento de la conducta adictiva”, explicó.

Coadicción

Mencionó como otro problema grave a la codependencia o coadicción, que es un desorden aprendido en respuesta al proceso adictivo, “que se caracteriza por una preocupación y dependencia excesivas hacia la persona que consume”, y que “vive su vida a través de la persona adicta, a costa de sus propias necesidades, con el último fin de controlarla”.

“Esa conducta codependiente, lamentablemente, es un factor clave en la evolución de la adicción, que también se favorece con la distorsión de roles que se va produciendo en cada uno de los miembros. Por ejemplo, asumen el rol de ‘rescatador’, que es quien trata de resolver todas las crisis que el adicto produce, o los problemas que resultan de su adicción. Es así como inventa las excusas, paga las cuentas, llama al trabajo para justificar las ausencias, etc.”.

“El ‘héroe’ se empeña en desviar la atención de la familia hacia él, a través de logros positivos, haciendo que se sienta orgullosa, y distrayendo la atención que tiene en el adicto; el ‘recriminador’ se encarga de culpar al adicto de todos los problemas de la familia; el ‘desentendido’ se mantiene al margen de las discusiones y de la dinámica familiar; el ‘disciplinador’ presenta la idea de que lo que hace falta es un poco de disciplina y agrede al adicto; o el ‘rebelde’, que busca desenfocar a la familia y atraer la atención sobre sí mismo, a fin de que todos puedan volcar sobre él, su ira y frustración”, amplió.

Y aseguró que “todos y cada uno de los familiares adoptan estos roles sin la más mínima idea de que están promoviendo el desarrollo de la adicción. Muy por el contrario, están más que convencidos de que están ayudando”.

El primero en recuperarse debe ser el grupo familiar

“La recuperación de la familia del adicto va de la mano con la recuperación de este último y viceversa. De hecho, en muchos casos, en nuestra institución, la recuperación de quien consumía comenzó con la recuperación de los familiares.

Lo expuesto nos interpela a la sociedad toda a prestar especial atención a la institución de la familia, que debe asumir el rol que le corresponde. De ella depende la formación de sus miembros. Y de allí su importancia y valor.

Por eso, y como conclusión, en la problemática de las adicciones, la familia tiene un papel central, no sólo en la comprensión, intervención y manejo clínico de las mismas, sino primeramente en la prevención. Familias sanas y fortalecidas formarán hijos sanos y fuertes, y esa es la mejor manera de prevenir”.


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