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EL LIBERAL . Santiago

Carta de Angelina a su mamá

18/10/2020 01:42 Santiago
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Carta de Angelina a su mamá Carta de Angelina a su mamá

H ola mamá. No quería dejar de saludarte en este día tan especial, para agradecerte todo el amor y cuidados que recibí de vos y de mi papá, desde el momento en que supieron que yo estaba en tu vientre. Fueron nueve meses de ilusiones y preparativos, todo lo hacían y pensaban por mí. Yo percibía esa dedicación y ese amor, y deseaba que el tiempo pase pronto para que me tuvieran en sus brazos y se sintieran plenos.

A pesar de que no se habían cumplido las 40 semanas, el doctor les dijo a vos y mi papá, que iba a inducir el parto, y para que estuviéramos mejor atendidos, nos internemos en el sanatorio el sábado 12 de setiembre, así estaría todo el equipo sólo para nosotros.

Llegaste con mi papá al sanatorio a la mañana temprano, a las 9:00 horas ya estábamos en la habitación. Nos recibió la partera con una enfermera, y la partera nos dijo que el doctor recién iba a llegar cuando vos tuvieras 9 cms de dilatación.

Ingresaste con 3 cms de dilatación, te colocaron un suero a las 9:00 horas y comenzó la inducción. Estábamos en la habitación con papá, y cada hora ingresaba la partera para controlar que todo estaba bien, y le informaba al médico por mensajes de whatsapp. A las 16:00 horas nos llevaron desde la habitación hasta la sala de parto, donde el anestesiólogo te practicó la anestesia peridural. Los controles de la partera - tacto y auscultación -, continuaron cada hora. En la sala de parto estaba el anestesiólogo, la partera y mi papá que feliz transmitía a familiares y amigos lo que iba sucediendo. Me decían que todo iba bien hasta el último control de mis latidos que hizo la partera a las 18:40 horas. Después de una hora sin escucharme, a las 19:40 horas, llegó el doctor, le pidió el monitor a la partera para escuchar mis latidos, pero no los encontraba. Le pidió que traiga otro aparato para auscultar, que estaba en la habitación de al lado, pero seguía sin escuchar mis latidos. Hasta que el doctor se dio cuenta de que yo estaba abajo y te dijo que hagas fuerza, vos pujaste tres veces y me expulsaste. Me recibió la enfermera y me llevó a la sala de Neonatología con el anestesiólogo siguiéndola por detrás. Entre los dos intentaron reanimarme por todos los medios, hasta que llegó el neonatólogo un tiempo después de que yo saliera, y entre éste y el anestesiólogo siguieron intentado, pero mi corazoncito ya no latía.

El médico obstetra les dijo a todos que yo al nacer había hecho una bradicardia severa y no la pudieron revertir, pero cómo iban a poder revertirla mamá, si nunca la detectaron porque no me escucharon en mi período de descenso, ni me hicieron un monitoreo con registro para evaluar mi salud durante la última hora, en la cual me tendrían que haber cuidado más todavía porque es mi momento más laborioso? Durante todo el tiempo en que la partera no me escuchó, desde las 18:40 horas no pudo darse cuenta de que yo estaba sufriendo, si no, cualquiera hubiera sido el motivo, lo habrían podido solucionar, y yo hubiera nacido sanita y feliz.

Cuando te dijeron que yo había muerto no entendías nada, no te explicabas cómo, si durante nueve meses todos los controles decían que yo era una bebé sana y vigorosa y mi corazón latía muy bien, de repente había fallado de esa manera. Lo que pasa mamá, es que vos y mi papá confiaron ciegamente en el médico y la partera, estaban seguros de que ellos harían lo mejor por nosotros. Pero después de lo que me ocurrió comenzaron a preguntar para tratar de entender, y fueron conociendo que un parto inducido no es un parto de bajo riesgo. Que una inducción de parto tiene una indicación médica, y que no estaría indicada una inducción con 39.4 semanas de embarazo, con una mamá y un bebé sano, porque restan 3 o 4 días más para empezar espontáneamente el trabajo de parto. Que en un parto inducido, se debe monitorear y registrar en forma continua la frecuencia cardíaca del bebé para poder advertir inmediatamente si las contracciones lo perjudican, si no, puede terminar teniendo sufrimiento fetal por no poder soportar el ritmo y la intensidad de esas contracciones provocadas artificialmente.

Que una bradicardia (alteración del ritmo de la frecuencia cardíaca fetal) se tiene que detectar y se detecta a través de la auscultación del feto, no hay otra forma de detectar una bradicardia, que puede ser temporaria, cuando dura uno o dos minutos, y vuelve la frecuencia cardíaca fetal a la normalidad, y no pasa nada, sólo que hay que controlar todavía más, o puede ser sostenida. Pero sin monitoreo, a la bradicardia no se la puede detectar.

Que la bradicardia sostenida puede pasar a un sufrimiento fetal y de un sufrimiento fetal a una muerte fetal. Que si no revierte una bradicardia sostenida, se pasa a la paciente al quirófano y se saca al bebé. Todo es cuestión de detección, y para eso están los controles del trabajo de parto.

Que se pueden dar muchas complicaciones durante el trabajo de parto, como la bradicardia, y frente a estas situaciones hay soluciones como la cesárea. Pero si no se detecta una bradicardia fetal, cómo se puede adoptar una conducta para solucionarla?

Que cuando en el sanatorio no hay un médico de guardia, el médico de cabecera tiene que estar antes, porque si haciendo bien las cosas y monitoreando al bebé, la partera detecta algo, que tiene que saber detectar, y detecta una bradicardia que no recupera, algún sufrimiento fetal, o signos de sufrimiento fetal en el monitoreo, tiene que tener un médico cerca, para adoptar la conducta debida, y la conducta, si no puede revertir la bradicardia, es una cesárea. Que hay recursos para revertir una bradicardia, pero si después de utilizados esos recursos, no se puede revertir, hay que operar a la paciente. Si hay un médico de guardia, se lo llama para que ingrese al quirófano y haga la cesárea, hasta que llegue el médico de cabecera de la paciente. Que la partera por competente que sea, no puede estar sola, porque no puede operar a una paciente, sí puede hacer un parto porque está habilitada y entrenada para hacer partos, pero una cesárea no puede hacer frente a una urgencia. Entonces, si en el sanatorio no hay un obstetra de guardia, el médico de cabecera tiene que estar antes, no en el momento de la salida del feto, porque ante cualquier urgencia, qué hace la partera? Ahí sí que no hay opción.

Lo que nos pasó mamá, fue que la partera no detectó mi llamado de auxilio a través del monitoreo fetal que nunca tuve, a pesar de tener un monitor con registro en el sanatorio, lo que llevó a un sufrimiento fetal y mi fallecimiento, y por lo tanto no lo informó al obstetra, que no estaba en el sanatorio sino que recibía información por mensajes de whatsapp. Por lo que, aún si la partera hubiera detectado la bradicardia, y no lograba revertirla, nada hubiera podido hacer para evitar que yo muera. Para colmo, el neonatólogo no estuvo para recibirme y llegó cuando entre la enfermera y el anestesiólogo intentaban recuperarme.

Yo estoy segura mamita, que de haber sabido todo esto antes, vos y mi papá habrían tenido mucho cuidado y no habrían aceptado una inducción a las 39.4 semanas en un embarazo normal con mamá y bebé sano, que no me hagan un monitoreo fetal antes de empezar mi inducción para ver cuál era el estado de mi salud previa, no hubieras aceptado que no hayan hecho un monitoreo con registro, para mi control, desde el comienzo del goteo con oxitocina, para ver cómo me comportaba con las contracciones inducidas sin indicación médica, que no me hayan escuchado en el último tramo del trabajo de parto, que no esté el neonatólogo en sala de parto para recibirme y ayudarme, y que el médico llegue en el último momento. Pero lo que ocurrió es irremediable y tenemos que aceptarlo, sabiendo que de todas formas, siempre vamos a estar unidas y nunca nos vamos a olvidar una de la otra.

Solamente te pido mamá querida, que les cuentes a todos lo que te pasó, para que a otros no les pase lo mismo, y que tomen conciencia de que la vida es sagrada, y merece un cuidado y un respeto excepcional. Quédense tranquilos papá y vos, que yo estoy muy bien aquí. Te mando besos desde el cielo en tu día mamá.

Tu hija Angelina Munar Dorigón


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