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EL LIBERAL . El Evangelio

Sólo el amor nos libera y puede salvarnos

24/10/2020 23:34 El Evangelio
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Sólo el amor nos libera y puede salvarnos Sólo el amor nos libera y puede salvarnos

La pregunta de los fariseos acerca de cuál es el mandamiento más importante, pone al descubierto la teología judía de la Ley en tiempos de Jesús. ésta es estrictamente casuística, se ata a la minuciosidad de la Ley escrita en la Sagrada Escritura y a los preceptos recogidos en la Misna con una marcada tendencia al mínimo, cumplir preceptos menores tales como pagar el diezmo, pero no lo más importante para Dios que es la misericordia con el hermano. Se esgrime como una moral de código, que privilegia el cumplimiento de la letra de la Ley, no su espíritu, que estimula el premio y el castigo, haciendo del “cumplidor” un orgulloso fundamentalista que se cree superior a los demás.

Jesús cuestiona el endiosamiento de la Ley que pretende reemplazar a Dios, y a los que promueven este sistema, como herramienta de dominación religiosa que violenta la libertad de conciencia esclavizando a los hombres y produciendo una discriminación profunda entre los que “cumplen la Ley”, fariseos, escribas y los que no, el resto del pueblo pobre que no conocía el aparato legal y por lo tanto no podía cumplir. Para manifestar su desacuerdo con el sistema legal vigente, Jesús quebrantó frecuentemente la Ley, por ejemplo, curó en sábado, más aún dispuso de ella con autoridad: “a ustedes se les dijo... pero yo les digo...”, fue libre frente a la Ley y liberó al pueblo de su yugo

El mandamiento del amor a Dios y al prójimo no fue una propuesta nueva de Jesús, ya eran conocidos en el AT y en el judaísmo. Lo original está en el modo como Jesús relaciona a ambos mandamientos y en la forma como radicaliza la Ley, excluyendo toda obediencia legal que no sea una sumisión total a Dios y al servicio del prójimo. El amor sustituye al legalismo casuístico y es la fuente desde donde se nutre la acción ética del discípulo.

El amor a Dios es respuesta a su amor que se expresa en el don del Reino instaurado por Jesús y el amor al prójimo es la consecuencia de haber experimentado previamente en nosotros el amor del Padre Dios que ama a todos sin discriminación y perdona a todos gratuitamente. Ambos mandamientos reemplazan las múltiples prescripciones legales y ayudan a profundizar la Ley como manifestación del amor de Dios.

Conclusión

Las religiones en su totalidad, muchas veces han pretendido reemplazar a Dios por sus aparatos legales y rituales; esto ha sido siempre dañino, porque han desdibujado su rostro misericordioso y lo han presentado como un Dios severo, castigador, lejano a la vida de las personas y sus necesidades más profundas. Juan nos dice que Dios es amor, y que los que aman han nacido de Dios. Sólo el amor nos libera de todas las esclavitudes, nos transforma, haciéndonos seres de luz, serviciales y generosos, misericordiosos con los que sufren y son olvidados. El auténtico discípulo de Jesús ama al Padre con todo el corazón y al hermano, dando su vida por él. Todo lo demás, en las religiones, son meras prerrogativas humanas que esconden actitudes evasivas y descomprometidas con la realidad. Sólo el amor puede salvarnos.


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