“Me contrataron para entregar un bolso”, dijo el preso al que le incautaron 12 kilos de marihuana “Me contrataron para entregar un bolso”, dijo el preso al que le incautaron 12 kilos de marihuana
“Me contrataron para llevar un bolso y entregarlo en una plaza de Campo Gallo, Alberdi; pero en el camino levanté en mi moto a un conocido que me terminó robando y llevándose el bolso. Jamás supe que era droga...”
El joven reside en la ciudad de Quimilí (Moreno) y fue apresado el fin de semana con 12 kilos de marihuana, valuados en más de $ 4.000.000.
El juez Federal, Guillermo Molinari, le imputó el delito “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” y lo indagó, asistido por el abogado Javier Leiva.
Procedimiento
El imputado cayó preso el fin de semana en Campo Gallo. Fue después de un confuso incidente en el que se habría enfrentado a trompadas con otro sujeto.
“Venía en moto con un bolso. Debía entregarlo en la plaza de Campo Gallo a un tipo”, habría declarado el detenido al magistrado.
“En el camino, levanté a un conocido que hacía dedo. Llovía mucho y el camino estaba resbaladizo”.
Siempre en base a la histortia del imputado, en Campo Gallo la moto patinó y cayeron en el barro.
“Ahí, el tipo me robó el bolso y empezó a correr. Lo seguí. Había gente mirándonos, hasta que él se escapó con el bolso”, acotó.
“Después, la policía me llevó para que haga la denuncia. Y en el interín alguien encontró el bolso”, profundizó el preso.
Sin sustento
Puertas adentro de la causa, los efectivos de Drogas Peligrosas deslizaron que el relato adolece de realismo.
Según el procedimiento, el joven de Quimilí viajó a Campo Gallo para retirar la droga. Sobrevino una pelea (o una “mejicaneada”) que alteró todos los planes.
El bolso con drogas “apareció” en el B° San Vicente y la policía de la Seccional 18 demoró a cuatro individuos.
Tres zafaron ya, a excepcion del imputado, a quien la Justicia “facturó “ el traslado de la droga.
La ruta prohibida
A criterio de los investigadores, el imputado sólo es un eslabón más, un “pasador” de marihuana.
Por ello, la incipiente investigación ahora procura establecer cuántos viajes más efecutó el motociclista entre ambos departamentos.
Una alta fuente confió que el imputado y sus contactos serían “soldaditos” de un narco prófugo, cuya detención está pendiente.
Callaría el nombre de los cómplices y sus vínculos
Visiblemente incómodo, el detenido enfrentó la indagatoria desde su lugar de detención: la sede de Drogas Peligrosas, en la ciudad capital.
Desde su estudio, Javier Leiva procuró blindar a su cliente de dolores de cabezas aún mayores.
En tanto, el juez Federal, Guillermo Molinari y sus colaboradores, “trabajaron” desde la sede del Juzgado.
Fue apenas el prólogo de una causa con diversas aristas, ya que los investigadores intuyen que el imputado se aferrará al silencio y no proveerá nombre alguno de sus cómplices.
Desandar de todo
Por ello, la Justicia Federal indaga en su contacto y vínculos, tanto de Quimilí, como en lugares dispersos en el resto del mapa provincial.
La figura enrostrada no es excarcelable y Leiva lo sabe. Por ello, no solicitó la libertad, ya que en estas condiciones, su cliente deberá prepararse para una prolongada estadía en Drogas Peligrosas.
Lo que viene es la incorporación de nuevas testimoniales y en un futuro no lejano, el posible procesamiento.
Después, la defensa ensayará una ofensiva al apelar e intentar que un tribunal morigere los cargos y lo habilite a una posible excarcelación.
