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El kilogramo de cabrito se vende a casi un 30% menos que en 2019 por la pandemia y la sequía

28/11/2020 23:40 Economía
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El kilogramo de cabrito se vende a casi un 30% menos que en 2019 por la pandemia y la sequía El kilogramo de cabrito se vende a casi un 30% menos que en 2019 por la pandemia y la sequía

La carne de cabrito se perfila como una de las opciones más económicas para las fiestas de fin de año ante una serie de situaciones adversas que vivió este año la mayoría de los productores cabriteros.

La pandemia de coronavirus que derivó desde marzo en una cuarentena que a partir del mes próximo comenzará a dar señales de una apertura mayor de circulación en la provincia y entre provincias, fue uno de los impactos más importantes que tuvo el sector, al cerrarse la principal fuente de demanda de esta carne como lo son los establecimientos gastronómicos y hoteleros.

En este punto, eventos como el moto GP y otras carreras que solían presentares en el autódromo de Las Termas y la temporada invernal misma, absorbían gran parte de la producción de cabritos de los departamentos Río Hondo, Choya y también en parte de Ojo de Agua. Pero esa demanda no estuvo presente, con lo cual los cabriteros se quedaron sin vender su producción.

Pero además, con la entrada de la primavera no se produjeron las lluvias esperadas. Esto motivó otro impacto: La falta de agua y de pastos para alimento. Por esa razón, los productores hoy cuentan con una producción abundante en cabezas, pero pocos recursos para mantenerla.

Esto motivó por ejemplo que un cabrito de 6 kilogramos se venda en la actualidad en las zonas productivas entre los $.1200 a $1.400 con lo cual un kilogramo cuesta entre $200 a $230 contra los más de $350 a los que se venden diferentes cortes de carne vacuna . El año pasado, con una inflación de casi 30% en el medio y para esta época, el mismo cabrito, costaba entre $1800 a $2000.

Alfredo Gómez, presidente de la Asociación Civil Fomento Comunal Tras del Cerro de San Juancito, Choya, comentó que ‘este año nos está jugando mal por dos cuestiones, por la pandemia y por la seca. La temporada fuerte para la venta es de mayo a julio por el turismo pero este año con la pandemia y la imposibilidad de trasladarse ha estado muy complicado. La gente ha tenido que vender más barato, hoy un cabrito de 5 a 6 kilogramos está en $1.200 en un promedio de $200 el kilogramo. Algunos productores han podido vender, otro no y después ha llegado la seca, con lo cual el productor está gastando mucho en forraje porque no hay pasto’. En la zona productiva donde trabaja Alfredo, hay unos 80 productores con un rodeo de 7.000 cabras y ovejas.

El Ing. Rafael Piedrasanta del INTA Frías, le da el contexto a la situación: ‘En esta zona hay unos 350 productores, con un promedio de 70 animales cada uno. Para ellos, el cabrito es su medio de sustento. Este año por la pandemia no han podido vender ni un cabrito porque ellos le venden a los que llegan a la zona a comprar y este año eso no ha sucedido’. Agregó que ‘se estima que solo un 20% de la producción la han podido vender por cuenta propia en los centros urbanos o enviando con algún pariente o transporte. Pero el 80% de la producción la han tenido que consumir ellos mismos’. Agregó que por la falta de lluvias, ‘los cabriteros hoy están con falta de agua y comida para sus majadas, una situación crítica’.

Restaurantes

Rubén Ruiz, propietario de un restaurante en Las Termas, señaló que “esta pandemia nos ha afectado a los gastronómicos y a los cabriteros del interior, que tienen un ingreso únicamente con lo que es la venta de cabrito y este año no los pudieron vender”.

Los comerciantes habíamos comprado cabrito el año pasado preparándonos para Semana Santa y el Moto GP una cantidad importante y tuvimos que venderlo porque no se podía mantener, perdimos el 50% del producto’. Agregó que ‘el año pasado pagamos $2.000 por un cabrito pero hoy se puede conseguir a la mitad de ese precio, a $1.000, por lo que hay que imaginar el daño que ha producido en la parte económica al cabritero’.

Pablo Báez, de la AER Inta Ojo de Agua, coincidió en el doble efecto negativo que tuvo la pandemia y la sequía. ‘En primer lugar, todos los destinos turísticos requerían el cabrito, pero al cerrarse el turismo cayó la demanda. En segundo lugar, tampoco llegaron los cabriteros que venían desde Córdoba a comprar al bloquearse todo por la pandemia’. Pero además, el otro factor que ahora presiona es la seca. ‘Hoy un cabrito de 6 kilogramos se está vendiendo en $1.500 y con la sequía que hay, la cabra produce menos leche y están saliendo cabritos de 4 ó 5 kilogramos cuando en otros años llovedores, se sacaban cabritos de un mes de vida, con 7 u 8 kilogramos. Ahora se vende así porque tienen que comprar comida para las cabras. No hay pasto’.

El intendente de Ojo de Agua, Antonio Bitar explicó que “hoy un cabrito de 6 kilogramos vale sólo unos $1.500 y son 6 kilogramos de comida, la producción local está resentida por la falta de movimiento, por la sequía y porque además ha habido incendios importantes que nos han pegado muy fuerte. Hay esperanza en diciembre por las fiestas, pero hoy la situación está complicada para el productor”.

Para Gabriel Turcuto, presidente de la Rural de Frías, “hay una situación crítica, pero hay otras actividades como la cría de vacunos, en la cual el precio del forraje que estamos hablando de un maíz comprando por bolsa está en $20 el kilogramo, un fardo de alfa entre $300 a $350 en algunas zonas, con lo cual es imposible con esos valores racionar un animal, menos una vaca de cría o un caprino, es inviable aguantar durante un mes la ración de una vaca. La situación es muy complicada y el alto precio del forraje no deja maniobrar”.


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