Dolor en La Banda por el fallecimiento de Walter de La Silva, coordinador de Aceband

El dolor y la consternación por el fallecimiento de uno de los pioneros y fundadores de Aceband, Walter de La Silva, se canalizaron a última hora de anoche y esta madrugada al ir enterándose bandeños y santiagueños de su dolorosa partida.

La Asociación Celíaca Bandeña tuvo desde sus orígenes tanto en don Walter como en su compañera de vida, doña Marisa Cejas, quien lo sobrevive junto a sus hijas, hijos y nietos, dos de sus pilares más constantes, optimistas y pródigos, ya que no solamente se turnaron en la presidencia y otros cargos electivos mediante asamblea de Aceband, debido a su progresiva especialización en una condición que siempre exigió mucha investigación y mayor difusión aún de sus síntomas, que es posible su diagnóstico y mejor aún, es absolutamente tratable a través de una dieta libre de gluten (sin TACC como rezan los envases aptos para el consumo de alimentos libres de harinas de trigo, cebada y centeno).

Es precisamente en este campo en el que más concentraron sus esfuerzos y desvelos esta icónica pareja de bandeños, padres de doce hijos e hijas, tres de los cuales a muy temprana edad mostraron síntomas de ser celíacos.

Esa condición los obligó a cambiar su vida para siempre. Se convirtieron en investigadores de esta extraña intolerancia que casi se lleva la vida de una de sus hijas. Si no sucedió fue gracias a la titánica labor de ambos.

No sólo investigaron y alentaron nuevos estudios y aportaron nuevos conocimientos, sino también desarrollaron cientos de recetas cada vez más sabrosas y saludables para sus hijos y para todas las personas que se fueron acercando a lo largo de los más de 20 años de fecunda e increíble labor de Aceband a buscar ayuda para sacar a sus hijos adelante o recuperarse ellos mismos de la afección.

Dictaron cursos (seguramente en su momento lo seguirán haciendo) por toda la provincia, ayudando a cientos de familias a mejorar su calidad de vida y añadir dignidad a sus dietas.

No pocas veces sorprendieron en los congresos nacionales de la especialidad que se suelen convocar en Buenos Aires, donde disertaban a la par de médicos y científicos de renombre de todo el país.

Gracias a don Walter y doña Marisa es una realidad la legislación que prevé que todos los locales gastronómicos locales ofrezcan menúes libres de gluten, una tarea nada sencilla y sobre la cual aún resta mucho por avanzar, ya que para evitar la contaminación cruzada de alimentos  (un solo grano de gluten es capaz de desatar estragos en una persona celiaca) lo que se sugiere es tener utensilios exclusivos y separados, lo cual demandaría prácticamente dos cocinas distintas, lo cual es sumamente oneroso y exige mayor espacio). Bandeños y santiagueños se sorprendieron con la pizza apta para celíacos más larga del país, el primer locro nacional libre de gluten y una rica y sabrosa variedad que surgieron de la creatividad y el empuje de la familia De la Silva, que ya estaban pensando preparar bombones y tortas con forma de corazón para el próximo San Valentín, a pedido de los socios de Aceband.

Una severa afección finalmente venció la resistencia de la salud de don Walter y hoy su familia y los cientos de beneficiados de su obra incalculable lo lloran con la gratitud de saber todo lo que hizo en estos años. Y que seguramente su compañera, hijas e hijos continuarán. La Banda lo necesita.