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EL LIBERAL . La Banda

El padre Castro Zavalía había advertido ayer mismo: "Hay mucha brujería en La Banda"

22/02/2013 04:00 La Banda
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El padre Castro Zavalía había advertido ayer mismo: "Hay mucha brujería en La Banda" El padre Castro Zavalía había advertido ayer mismo: "Hay mucha brujería en La Banda"

Apenas ayer, EL LIBERAL titulaba en su suplemento Zonales que “La Banda es un centro muy importante de la provincia, yo creo que el más grande de todas estas prácticas de satanismo, de adoración a San la Muerte, de umbandas”, según la seria advertencia del padre Juan Castro Zavalía, párroco de Cristo Rey, quien de inmediato señalaba ante la consulta periodística: “Están abundando muchísimo todo este tipo de cultos. Hay mucha brujería en La Banda, todo tipo de reuniones”.

Casi al mismo tiempo que el diario comenzaba a venderse en las calles de la capital y de La Banda, un remisero, sus dos jóvenes pasajeros, el conductor de un vehículo particular y el sereno de la cuadra, habrían sido testigos de la inexplicable presencia de una mujer vestida de blanco -atuendo típico de los umbandas y adoradores de ritos esotéricos y satánicos-; a avanzada hora de la madrugada, cerca de las 3 de la mañana; en una actitud muy extraña, ya que se encontraba de pie sobre el cordón de la vereda, pero mirando hacia la vivienda; todas circunstancias que pueden ser fácilmente vinculadas con este tipo de prácticas oscuras y que no encuentran una fácil explicación en ningún tipo de actividad normal.

En la publicación de ayer, el padre Juan admitía con preocupación: “A nosotros constantemente nos hacen brujerías, nos dejan en la parroquia ofrendas de este tipo, sacrificios de animales, estampas de San la Muerte. Como uno no cree no importa, pero ha venido gente muy afligida porque le han dejado estos sacrificios en la casa. A la gente que tiene un poco de superstición la trastorna y se pone como loca, porque encuentra una gallina degollada en la puerta de su casa, con una cruz hecha con sal y aceite, y le causan mucho daño”.

Pero relató que la audacia de quienes practican estos ritos va más allá de lo concebible, ya que según el sacerdote “constantemente” va gente a su parroquia “con bidones de tres litros para que les bendiga el agua y son desconocidos de la Iglesia”, por lo que en varias ocasiones se negó a bendecírsela: “No sé qué uso le van a dar”, justificó.

Hechos inexplicables

El padre Castro Zavalía hizo dos relatos de hechos que le tocaron vivir como guía espiritual en la ciudad de La Banda: “A mí trajeron el año pasado a una chica, me la llevó la madre a la capilla de San Cayetano, en Villa Raquel. Le habían pedido a la chica -que tenía entre 16 y 18 años- que matara a su madre (de unos 40 más o menos), para poder tener la moto que ella deseaba. La hija me dijo: ‘A mí me dijeron que la mate a mi mamá para que Satanás me dé la moto’. La chica había quedado muy perturbada, por supuesto no se animó a dar ese paso de matar a la madre por la moto, pero tampoco estaba muy decidida a quedarse sin el vehículo, se la notaba que tenía una preocupación muy grande. Me dijeron que iban a volver, pero nunca más las volví a ver a ninguna. Si mal no recuerdo era un culto umbanda”.

En otro caso, hace un tiempo, dijo que una pastora evangélica le confió que en el barrio Los Lagos en una sesión de umbandismo se había practicado un aborto a una jovencita y entregado el feto como ofrenda a satanás, aunque rápidamente aclaró que no le costaba la veracidad de la versión, ni vio posteriores noticias relacionadas con algún caso parecido.

Atención

En cambio alertó a los padres: “Hay que advertir a la gente que hay mucha variedad de cultos. Que los padres cuiden mucho a sus hijos; que se preocupen por saber a dónde van y con quién están. Y por supuesto tratar de advertir a los demás cuando uno sabe a dónde se hacen estas reuniones de umbanda que mezclan santería cristiana con estos ritos satánicos, con lo cual pueden confundir a las personas y pueden trastornarlas”.

También alertó sobre “el lavado de cerebro” que practican estas sectas y “el riesgo que conlleva para los adolescentes, que son tan manejables, que puedan llegar ahí. Por eso hay que tomar el toro por las astas antes que se produzcan los hechos. Tienen que cuidarse antes de que lleguen ahí”.

Acerca de probables delitos, recomendó: “Cuando hay una situación de riesgo con estos cultos umbandas y hay realmente secuestros de personas o incitación al crimen, hay que ir directamente y hacer la denuncia en Tribunales, ante el juez correspondiente; también a través de la Comisaría del Menor y la Mujer, dependiendo del crimen de que se trate. Y por supuesto recurrir a la guía y acompañamiento espiritual”. l

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