Redondo: "No me queda otra, me van a rapar"

Se sonroja, sonríe. Le es imposible ocultar semejante alegría. Se le nota desde lejos que está pasando un momento único. Ese que todo pibe espera desde que patea su primera pelota. Es su gran día y a él no le importa que en el primera práctica de Tigre sólo haya cuatro titulares en el campo. Tampoco le afecta que no hayan llegado refuerzos. No hay nada que lo desvíe de su estreno, nada. Fernando Redondo, el hijo del Príncipe, disfruta de su primera vez con el plantel profesional del Matador. “El Vasco me llamó la semana pasado y cuando me dijo que hoy (por ayer) me tenía que presentar a entrenar, no lo podía creer. Es lo mejor que me pasó”, dice el pibe de 17 años que es una de las figuras de la Quinta y ya disputó varios partidos en la Reserva que dirige Fabio Radaelli.

-¿Qué significa haber llegado a Primera? -Es mi sueño desde chiquito y se me ocurrió jugar al fútbol. Es lo que quiere todo pibe cuando patea su primer pelota.

-¿Con qué jugador te identificás? -Me encanta verlos jugar a Riquelme y Kaká.

-Se habla de que Román puede llegar a Tigre, ¿te lo imaginás? -Sería increíble. Lo vi toda mi infancia como un ídolo y poder llegar a compartir un plantel con él sería algo impensado.

-¿Qué dijo tu papá al enterarse de esta noticia? -Se puso contento y me pidió que disfrute y me tenga confianza cuando me toque entrar a una cancha.

Se pone serio cuando le hablan del viejo. Está acostumbrado, es cierto, pero no le gustan las comparaciones y lo incomoda. Quiere hacer su propia historia, jugar su partido y ganarlo. Pero sabe que será muy difícil despegarse del apellido. “Mi viejo fue un jugador de otro mundo. Además, jugamos en distintos puestos porque yo soy enganche”, intenta diferenciarse. Eso sí, además de la sangre, hay algo en su esencia que los une: el look. Coqueto, con presencia y elegancia como su padre, el juvenil le había avisado a Olé (en una entrevista anterior) sobre una decisión suya: “No me cortaría el pelo si un técnico me lo pide”. Aunque en esta oportunidad no tendrá alternativa ya que es su primera pretemporada y sus compañeros lo esperan con las tijeras afiladas. Y lo sabe: “No me queda otra, me van a rapar”.

Fuente | ole.clarin.com