La noche en que Central no pudo contra un gigante

Siempre una derrota (en cualquier circunstancia o lugar) también deja una enseñanza. Y vaya si Central Córdoba no la tuvo. Hasta el final del primer tiempo, el “Ferro” había hecho todo lo que se preparó en la semana, pero sufrió la desgracia de que Fabrizio Angileri conectara ese cabezazo un ratito antes de ir al vestuario y ahí todo se pudrió.

Y cuando un rival como River te saca ventajas, cambia todo el libreto y ya es otro partido. El segundo tiempo para Central Córdoba fue fatal. Aparecieron las claras desavenencias en la defensa y el equipo estuvo partido. Obvio que también es mérito de los dirigidos por Marcelo Gallardo que aprovecharon como nunca los espacios y liquidaron el juego cuando ellos vieron que Central se había quedado sin el plan original.

Bastó solamente la jerarquía de River para poner las cosas en su lugar.

Párrafo aparte para el funcionamiento de Central. Hoy dista un poco de lo que venía mostrando en las últimas fechas, sobre todo afuera de casa. Milton Giménez se quedó sin gol (ante River tuvo un par de oportunidades, pero evidentemente no era su noche) y no es un dato menor.

La ausencia de Federico Andueza (afectado por el coronavirus) quedó muy a la evidencia ya que se trata de un jugador que tiene buen juego áreo y que aplica bien el plan de salir en los momentos justos cuando el adversario ataca.

Es sabido que River maneja todo cuando el rival le permite. Gallardo tiene la doctrina bien clara y cuando ve que puede sacarle el jugo al partido, no duda ni un instante en ponerla en práctica. River ganó por los méritos que hizo y porque además cuenta con jugadores que hoy están pasando por un buen momento (Julián álvarez, Enzo Pérez, Federico Girotti, por mencionar algunos).

Hoy la situación del “Ferro” apunta a mejorar y tratar de que todo vuelva a ser como antes. Un equipo que trate de acomodarse mejor, especialmente desde la mitad de cancha para atrás, y que piense en que todo se puede revertir.

Godoy Cruz de Mendoza es el próximo desafío y el rival para demostrar que el fútbol siempre deja lugar para la revancha.