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Juan Manuel Cano Ceres: un guerrero de la vida que no tiene límites

06/11/2021 01:45 Deportivo
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Juan Manuel Cano Ceres: un guerrero de la vida que no tiene límites Juan Manuel Cano Ceres: un guerrero de la vida que no tiene límites

Si miramos la vida desde la perspectiva del atleta olímpico Juan Manuel Cano Ceres, todo será mucho más fácil de entender y de explicar un triste y lamentable episodio que le tocó vivir cuando apenas tenía 12 años y que lo marcó para siempre en su vida.

Fue herido en el ojo derecho con un rifle de aire comprimido que le costó la pérdida de la vista y una dura y muy complicada etapa que pudo superarla gracias al atletismo.

“Tenía 12 años cuando sufrí el accidente en el ojo derecho. Estábamos jugando con unos amigos del barrio y de pronto uno de ellos se molestó y entró corriendo a su casa para sacar un rifle de aire comprimido. Nos asustamos todos y en eso que salimos corriendo, se escuchó un ruido y se trataba de un disparo que impactó de lleno en mi rostro. Me di cuenta que estaba herido y me llevaron rápidamente al hospital para las atenciones. Después anduve por el Santa Lucía de Buenos Aires, pero nada se pudo hacer para salvar el ojo que tenía incrustado los balines”.

A partir de ahí comenzó otra historia para este marchista de 34 años y que carga el antecedente de haber participado en tres Juegos Olímpicos (Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016), cuatro torneos Panamericanos y cinco Campeonatos del Mundo.

“Siempre creí en mí y en todo lo que podía dar. Sabía que no podía quedarme con esa historia de desgracia y que mi único objetivo era avanzar y avanzar. Así lo hice y hoy más que nunca estoy orgulloso por todo lo que logré”.

Juan Manuel no sólo tuvo que enfrentar el problema de haber perdido la visión del ojo derecho, sino que además fue víctima de otras situaciones que eran difíciles de comprender.

“Cuando perdí el ojo, fui víctima de bullying y de todo tipo de agresiones muy ofensivas. Me hacían burla porque usaba el parche o los anteojos o porque utilizaba la prótesis. Traté siempre de ignorar lo que me decían y de seguir adelante a pesar de todo”.

Pero no solamente lidió con las personas por esta circunstancia. También lo hizo con aquellos que se mofaban porque él practica una disciplina como la marcha atlética que tiene un estilo muy particular para competir.

“Me trataban de maricón, puto y otras mierdas que eran difíciles de entender. Por suerte con el tiempo y el avance de la tecnología que empezó a pegar más fuerte en la sociedad todo fue cambiando para bien. Ya en las redes sociales había mucha más información sobre cómo era esta disciplina y de qué manera se la practicaba. En lo personal fue muy positivo porque ayudó a saber de qué se trataba este deporte”.

La influencia del atletismo

Y hoy el atletismo es todo para Juan Manuel. Lleva más de 20 años ligado a la marcha atlética y cuenta con numerosas participaciones tanto en el ámbito nacional como internacional. “Digamos que el accidente que tuve cuando era niño me llevo a practicar este deporte. A los seis meses del episodio en el ojo, ya lo estaba haciendo. Antes jugaba mucho al fútbol en una escuelita y también hacía tenis”.

Juan recuerda que cuando iba a visitar al médico con sus padres, éste les recomendaba que debía practicar un deporte en el que no existiera el contacto físico.

“Era todo por precaución. A mí por ejemplo me encantaba jugar al fútbol y soñaba con ser futbolista. Tal vez si no me hubiese pasado lo del ojo, iba a ir por ese camino”.

Cuando ocurren hechos desafortunados como el de Juan Manuel, por ahí se hace un poco difícil sobrellevar la carga de la desgracia. Pero no fue el caso del atleta termense que se aferró a sus ganas de seguir adelante y no bajó los brazos a pesar de todos los momentos difíciles de su vida.

“Tuve el apoyo de todos, especialmente de mi familia. Luché como debía ser. No me rendí ni tampoco caí en la depresión como muchas veces le puede pasar a cualquiera. Yo decidí que era mejor enfrentar a la adversidad y que nada me podía frenar”.

Sabiendo que tuvo que remarla bastante hasta encontrar el equilibrio, hoy Juan Manuel trata de aconsejar a los demás y hacerlos sentir que con esfuerzo, voluntad propia y todo aquello que sirva para levantar la cabeza y la moral, se pueden cumplir con los objetivos.

“Hay que seguir y no rendirse. Son etapas duras que la vida nos pone en el camino y que nosotros tenemos que estar lúcidos y con toda la fe del mundo en que podemos superarlos.

Hoy yo, gracias al atletismo, puedo decir que mi vida cambió y que me hizo conocer y transitar lugares del mundo que jamás hubiera imaginado”. 


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