Mitre tuvo un domingo perfecto: ganó por primera vez y salió del descenso

La décima fue la vencida para Mitre. Después de nueve partidos sin ganar (cinco derrotas y cuatro empates), por fin pudo ayer sumar de a tres. En el debut de Pablo Ricchetti como entrenador, el "Aurinegro" venció por 2 a 1 a Tristán Suárez, por la undécima fecha de la Primera Nacional. Y por si fuera poco, salió de la zona de descenso. 

Iago Iriarte había puesto en ventaja al visitante, pero Mitre lo dio vuelta con las conquistas de David Romero y Guido Vadalá, cuando el partido se moría.

Así, el elenco del barrio 8 de Abril tuvo sus propias Pascuas de Resurrección, en el estadio Único "Madre de Ciudades", y ahora mira el futuro con optimismo. 

El arranque del partido fue parejo. Más allá de que Mitre intentó ser protagonista, le costó imponer condiciones porque se encontró con un Tristán Suárez bien parado en mitad de cancha y que no se refugió en su campo. Ninguno de los dos lograba hacerse dueño del balón, casi que se lo prestaban pero sin lastimarse. Hasta que a los 12 minutos la visita quebró la paridad con un pelota parada. El córner vino desde la izquierda y el zaguero central Iriarte les ganó a todos desde arriba para poner el 1 a 0 con un buen cabezazo. 

Mitre tuvo la virtud de asimilar el golpe y reaccionar rápido. Apenas cuatro minutos después de la apertura del marcador, llegó el empate. David Romero se hizo cargo del penal que a él le habían cometido (lo derribaron desde atrás, cuando se preparaba para definir) pero tras una defectuosa ejecución (al medio, tapó el arquero Correa) pudo corregir al capturar el rebote y con un derechazo alto establecer el 1 a 1. 

Un minuto después del gol de la "Bestia", apreció González por izquierda pisando el área, pero su remate se fue desviado. Parecía el momento del local en el partido, porque Germán Díaz comenzaba a hacerse cargo del equipo y desde su conducción la gente se ilusionaba. Pero fueron apenas unos minutos y después se diluyó, al tiempo que la visita otra vez lo emparejaba. 

En el complemento se vio a un Mitre más impreciso con la pelota, pero sin renunciar nunca a intentar. Los cambios de Ricchetti renovaron el aire del equipo, que se estaba quedando sin piernas, aunque el juego seguía sin aparecer. 

Los minutos corrían y Tristán Suárez se iba sintiendo cada vez más cómodo con el resultado, y con el desarrollo, porque no sufría sobresaltos y llevarse un punto era un buen negocio para los dirigidos por Juan Manuel Llop. Pero Mitre siguió insistiendo y, a cuatro minutos del final, tuvo su premio. La jugada la armó uno de los que ingresó, Santiago Rosales, que desde media cancha puso un pase magistral para la entrada por el medio de Vadalá (otro que llegó desde los relevos), que definió entre las piernas de un apresurado Correa. 

Mitre se sacó una mochila pesada, salió del fondo y el viernes irá a Tucumán, a tratar de dar el batacazo ante San Martín, el escolta del campeonato y candidato al ascenso.