Ustedes son mis testigos en el mundo Ustedes son mis testigos en el mundo
La continuación de la escena
con que se abre la aparición
de Jesús a sus discípulos
en Jerusalén, en la tarde
del Domingo de Pascua, recoge
sus últimas instrucciones
basadas en la Escritura, y
su encargo de ser testigos suyos
y predicar en su nombre el
arrepentimiento y el perdón a
todos los pueblos. Pero antes
deberán permanecer en Jerusalén
hasta que sean revestidos
de “lo que mi Padre tiene
prometido”, el Espíritu Santo.
Jesús conduce a los discípulos
fuera de la ciudad en dirección
a Betania, los bendice
y se separa definitivamente de
ellos por su Ascensión al cielo.
En este relato Jesús resucitado
encarga a sus discípulos
que en el futuro desarrollen
una misión en su nombre:
“Predicar el arrepentimiento
para el perdón de los pecados
a todos los pueblos y ser testigos
de todo esto”. Los discípulos
serán “predicadores de
la Palabra” y “testigos” teniendo
como base las escrituras
del Antiguo Testamento que
anunciaban la muerte y resurrección
del maestro.
Deberán
llevar la palabra hasta los confines
del mundo.
Todo esto es parte del plan
de Dios en la historia de la salvación.
Este es el motivo por el
que los discípulos deberán esperar
en Jerusalén para ser investidos
“con la fuerza que
viene de lo alto”. El encargo de
Jesús deja en claro que se trata
de una gracia, de un mandato
que otorga autoridad, de
una investidura que les será
necesaria para llevar adelante
la misión.
Esta “fuerza que viene de
lo alto” es el Espíritu Santo. En
y por el Espíritu, Cristo estará
presente en sus seguidores,
comisionados para dar testimonio.
En la Transfiguración, Jesús
conversa con Moisés y
Elías sobre su éxodo (su partida)
que iba a consumar en
Jerusalén. Hora se realiza este
éxodo, que se describe como
tránsito al Padre por medio
de su muerte y resurrección y
culmina con su Ascensión al
cielo; ahora se ha alcanzado la
meta y el destino hacia el que
Jesús caminaba irrevocablemente.
La Ascensión significa que
Jesús está ya en la gloria del
Padre, desde donde enviará el
Espíritu Santo a sus seguidores
para revestirlos de la fuerza
que viene de lo alto. Por lo
tanto, la Ascensión no es más
que esta aparición de Cristo
resucitado al grupo de los discípulos
como núcleo de la nueva
comunidad que lo vio por
última vez en su partida.
Ahora ya no lo volverán a
ver de esta manera, sino que
su presencia tendrá lugar en la
fracción del pan y en la acción
del Espíritu.
Conclusión
Jerusalén ha sido la meta
del ministerio itinerante de
Jesús, ahora es el punto de
partida de la predicación y
el testimonio de los discípulos
que tienen la tarea de llevar
su palabra a todo el mundo.
Para poder cumplir esta
misión, el Cristo glorioso enviará
al Espíritu prometido
por el Padre.
Este hará presente a Jesús
en la comunidad a través de la
predicación de la palabra, de
la fracción del pan y el testimonio
de aquellos que lo siguieron
y participaron del plan
de salvación que Dios llevó a
cabo y que encontró su cumplimiento
en la glorificación
del Hijo (su partida al Padre).
Ahora es el tiempo de la Iglesia,
el tiempo del testimonio de
aquellos que lo aman y sirven
en sus hermanos.