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EL LIBERAL . El Evangelio

Jesús nos enseña a orar

24/07/2022 00:41 El Evangelio
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Jesús nos enseña a orar Jesús nos enseña a orar

El relato del viaje a

Jerusalén se enriquece

ahora con un nuevo

episodio, en el que Jesús,

a petición de sus

discípulos, les enseña

a orar.

Con la oración del

Padrenuestro, les enseña

a sus discípulos

a dirigirse a Dios como

“Padre”, como él lo

llama.

Luego de la invocación

“Padre”, Lucas

coloca dos anhelos dirigidos

a Dios: que tu

nombre sea santificado

y que llegue tu Reino;

y tres peticiones:

danos cada día nuestro

pan para la subsistencia,

perdónanos

nuestros pecados, no

nos dejes caer en tentación.

Cuando la comunidad

cristiana solicita

la santidad del nombre

de Dios, lo que desea

es que se manifieste

en la actividad de

Jesús y en la actuación

de sus discípulos.

Jesús anunció la

llegada del Reino y lo

hizo presente a través

de su muerte y resurrección,

por eso, la

oración de la comunidad

se dirige ahora

a su consumación,

es decir, se pide que el

Reino de Dios llegue a

su plena madurez y se

manifieste con signos

eficaces en la realidad

cotidiana.

La segunda parte de

esta oración comunitaria,

completa la alabanza

a Dios con unas

peticiones. Los discípulos

dependen esencialmente

del “Padre”.

Por eso le piden que

socorra sus necesidades

diarias de sustento,

imploran su perdón,

ya que el pecado

es una realidad esencialmente

humana y

tienen que rogarle que

no los enfrente con situaciones

en las que

pueda peligrar su actitud

de entrega y de

confianza en el “Padre”.

Pedir el sustento

diario y el perdón de

los pecados, conecta a

la comunidad con dos

experiencias fundamentales

del antiguo

pueblo de Israel: en su

travesía por el desierto,

Dios proveía diariamente

a las necesidades

vitales del pueblo,

a la vez, lo sostenía

en el momento de

la prueba. La conciencia

de pecado propio

y ajeno de los creyentes,

hace que se abran

al misterio del amor

de Dios que perdona.

Por eso, desde esta experiencia

de filiación

con el Padre, se pide

el perdón a Dios, con

el convencimiento de

ofrecer el perdón humano

no como condición,

sino como signo

de fraternidad humana

que actualiza y encarna

el Reino de Dios

en el mundo.

Conclusión

La vida de Jesús estaba

totalmente orientada

al Padre, al cumplimiento

de su voluntad,

por eso los Evangelios

lo muestran permanentemente

en una

actitud orante. Esa experiencia

de sentirse

amado por el Padre

y de vivir abierto

a su gratuidad es lo

que Jesús transmite a

sus discípulos. Cuando

la comunidad llama

a Dios, “Padre”, se inserta

en la comunión

de vida y amor que

existe entre el Padre

y el Hijo, se dispone a

recibir su misericordia

y a vivir en comunión

con sus hermanos, como

una forma de hacer

presente el Reino

que se anhela

y pide en la

oración.

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