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EL LIBERAL . El Evangelio

“Dadles vosotros de comer”

31/07/2022 21:19 El Evangelio
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“Dadles vosotros de comer” “Dadles vosotros de comer”

En aquel tiempo, al enterarse

Jesús de la muerte

de Juan el Bautista, se marchó

de allí en barca, a solas,

a un lugar desierto. Cuando

la gente lo supo, lo siguió por

tierra desde los poblados.

Al desembarcar vio Jesús

una multitud, se compadeció

de ella y curó a los enfermos.

Como se hizo tarde, se acercaron

los discípulos a decirle:

“Estamos en despoblado

y es muy tarde, despide a

la multitud para que vayan a

las aldeas y se compren comida”.

Jesús les replicó: “No hace

falta que vayan, dadles vosotros

de comer”.

Ellos le replicaron: “Si

aquí no tenemos más que cinco

panes y dos peces”.

Les dijo: “Traédmelos”.

Mandó a la gente que se

recostara en la hierba y tomando

los cinco panes y los

dos peces, alzando la mirada

al cielo, pronunció la bendición,

partió los panes y se

los dio a los discípulos; los

discípulos se los dieron a la

gente. Comieron todos y se

saciaron y recogieron doce

cestos llenos de sobras. Comieron

unos cinco mil hombres,

sin contar mujeres y

niños.

No tenemos más que

cinco panes y dos peces

El capítulo 14 del evangelio

de Mateo nos relata como

Jesús, al enterarse de que

Juan el Bautista había sido

asesinado en la cárcel, decide

apartarse junto a sus discípulos

a un lugar retirado y

tranquilo, pero la gente le sigue

por tierra y, al desembarcar,

se encuentra rodeado de

un enorme gentío y comenzó

a predicarles.

Al hacerse tarde los apóstoles

le incitan a que despida

a la gente para que busquen

algo con qué alimentarse

en las aldeas cercanas, ya

que estaban en descampado,

pero él les dice, no hace

falta “dadles vosotros de comer”,

ípero cómo!

Las reservas

eran cinco panes y dos

peces.

Pero el Maestro alzó la

mirada al cielo, pronunció la

bendición y, milagrosamente,

el escaso alimento con que

contaban se multiplicó, comieron

todos, que eran una

multitud, y aun recogieron

doce cestos con los restos

sobrantes.

Jesús nos invita a que

seamos nosotros, sus seguidores,

quienes alimentemos a

nuestros semejantes, con la

Palabra que procede de Dios,

no solo que cubramos las necesidades

de los más vulnerables,

sino que, también,

seamos portadores de la alegría

del evangelio.

No admite la postura cómoda

de invitar a la gente a

que busque su propio alimento,

no, quiere que nosotros

facilitemos poder vivir aquello

por lo que hemos sido llamados

a seguirle, y seamos

capaces de transmitirlo a los

demás.

Nos dice: “lo que habéis

recibido gratis, dadlo

gratis”, es decir, que seamos

anunciadores de la Buena

Noticia de Jesús y podamos

contagiar a los otros la

gracia que nos infunde considerarnos

“sus” amigos.

¿Nos convertimos en falsos

profetas, con tal de conseguir

ser honrados por los

demás?

¿Estamos convencidos

que Jesús nos invita a alimentar

a la gente con su Palabra,

y dispuestos a hacerlo?

¿Nos consideramos correa

de transmisión de la alegría

del evangelio?

Lo que debes saber
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