El escenario de nuestra vida

e cuando en cuando uno se distrae y eso basta. El principito pudo haberse olvidado una noche de la campana de cristal, y el cordero salirse esa noche sin hacer ruido. Entonces… los cascabeles se transforman en lágrimas”.

Con la majestuosidad de la “Casa de la Cultura” tendríamos cubierta la imaginación, los desalientos y tantos factores negativos que nos abruman hace tiempo. sin embargo muchos años hacia atrás, sin imaginarnos, los primeros actores le daban vida al género.

En mis recuerdos, no olvido. En la galería de la Escuela Normal cada grado de la Primaria desfilaba representando un hermoso cuento infantil, con bellos atuendos y padres presumidos de sus niños que le daban voz y expresión real a Blancanieves, Caperucita Roja, al Gato con Botas, Pinocho o El Flautista de Hamelín.

Las obras dilectas de Gladys Toloza Briand, Alejandro Casona y con la figura imponente de quien ya no está, Daniel Carreras, marcaron una etapa inolvidable que hizo del teatro la huella imponderable de aquello que no se olvida.

Lo eximio era llevar a escena “Doña Rosita, la soltera”. Tantas jóvenes que no olvidan ese sentimiento que se llama “amor” porque en el teatro se puede representar y comprender alguno de los sentimientos que nos aquejan.

Hoy tenemos en Frías “La Casa de la Cultura”. Salvemos el esfuerzo de los intendentes don Carlos Pascual Monti y de don Humberto Salim, que nos brindaron ese lugar para poder expresar nuestros ideales, sentimientos y comprender el respeto a la familia cuando se presentó “Los árboles mueren de pie”, de Alejandro Casona.

Jóvenes, vamos al teatro, enseñemos que todo se puede lograr con empeño, con la buena lectura diaria. Brindemos a nuestros frienses mayores y menores un medio tan exquisito como lo es teatralizar acciones y así interpretar los dichos del autor: “El valor de la ilusión puede tener más fuerza y vigencia que la realidad misma”.

Invoquemos a “El Principito” en la figura de Hugo Picco, del aviador con Miguel Passini o en las “Rositas”, ese manojo de pequeñas que dieron el marco dulce a lo efectuado, así reconoceremos a Sandrita Carranza, Iris Sosa, Claudia Yorbandi y tantos jóvenes quienes nos han dado un momento y han olvidado lo efímero de la vida.

El teatro es la actividad que fomenta movimientos, expresiones que nos evitan manejar pinceladas de descreimiento en las personas que nos inculcan riqueza idiomática que son las herramientas del futuro. Es el conjunto de todas las producciones dramáticas de un pueblo, de una época o de un lugar y se aplica a cosas que se descubren deliberados propósitos de llamar la atención.

Nuestra ciudad de Frías tiene tantos momentos que llaman la atención y que se toman para actuar en los hechos que marcaron las necesidades poéticas, históricas, pueblerinas, sentimientos notorios, que resaltan la experiencia propia de cada lugar. Con fe, subamos todos los días al escenario de la vida real con el compromiso de hacer que nuestra obra más importante, la de crecer en todos los aspectos, logre el cerrado aplauso del éxito. l