El debate por el pase sanitario crece en Europa y se extiende en el mundo

Tildado de "ilegal" por grupos antivacunas y de ultraderecha y defendido con argumentos epidemiológicos y económicos por gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, el pase sanitario contra el coronavirus ya es una realidad en varios países de Europa y su implementación promete ser tema de debate en otras latitudes a medida que avanzan las campañas de inmunización.

Surgido en principio para facilitar el viaje entre miembros de la Unión Europea (UE) y para habilitar el ingreso a espacios públicos como restaurantes y espectáculos, en un intento de reflotar el turismo y la economía golpeados por la pandemia, el uso de este tipo de certificados se extendió hasta el transporte y las instituciones educativas.

Aunque los contagios vuelven a expandirse por la variante delta, un heterogéneo sector de la población que incluye antivacunas, libertarios y grupos de ultraderecha se oponen a su utilización con argumentos que van desde el ataque a las libertades civiles, discriminación y la filtración de datos personales, entre otros.

Orsolya Reich, representante de la ONG Civil Liberties Union for Europe, piensa lo contrario: "El Estado tiene el deber de proteger el derecho a la salud de todos los ciudadanos. Las vacunas protegen no sólo a quienes las reciben, sino también a quienes los rodean".

El Consejo Constitucional de Francia, la máxima autoridad judicial en el tema, lo entendió así al avalar la legalidad de la ley impulsada por el presidente Emmanuel Macron y aprobada por el Congreso, por la que desde el lunes pasado hay que presentar el certificado para entrar a bares, restaurantes, cines, teatros, hospitales y también para realizar trayectos largos en avión, tren o micro.