Migrantes, hacen camino al andar

Por Alberto Pravia. Vicecónsul Honorario de España

Nuestra historia es rica en acontecimientos, pero a veces nos quedamos atrapados por la historiografía acuñada en las fiestas escolares, y entonces recordamos al creador de la Bandera, la gesta del cruce de los Andes, la defensa contra las invasiones inglesas, el Cabildo y ese mayo resplandeciente o la Casita de Tucumán y el grito de Independencia.

Pero hubo muchos más hechos y hombres que supieron conformar la Nación Argentina y entre ellos sobresale el Primer Triunvirato, el cual gobernará a las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 23 de septiembre de 1811 y el 8 de octubre de 1812.

Chiclana, Sarratea y Paso, luego Pueyrredón, fueron sus integrantes y dispusieron una serie de medidas que fueron forjando nuestra Patria en ciernes y en tal sentido son conocidas la aprobación de la escarapela celeste y blanca para uso del ejército, fueron ellos quienes  le ordenaron al entonces Teniente Coronel José de San Martín la creación de un cuerpo de caballería, a la postre el Regimiento de Granaderos a Caballo o dispusieron que Manuel Belgrano asumiera como Jefe del Ejército del Norte.

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Pero no solo tomaron decisiones para defendernos de un avance del ejército realista sino que fueron mucho más allá y asumieron la responsabilidad de dotar a estas tierras de reglamentaciones y organismos que estructuraban la Nación por venir, así declararon la libertad de prensa, crearon una Cámara de Apelaciones y reglamentaron la Institución y Administración de Justicia, aprobaron la legislación de seguridad individual, prohibieron la introducción de esclavos y fundaron la Comisión de Inmigración, la primera entidad para fomentar la inmigración y colonización del novel territorio.

Esta última decisión lo fue un 4 de setiembre de 1812 y por ello cada 4 de este mes recordamos al día del Inmigrante. 

Sabían ellos, los gobernantes del Primer Triunvirato,  que no se podía formar un país, una Nación sin poblar el vasto territorio, tiempo después Juan Bautista Alberdi  diría que “gobernar es poblar” y por ello el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, nos enseña y determina que la misma con sus  derechos y garantías lo es “para nosotros,  para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.

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Es así que nuestro país se formó al amparo de la llegada de los inmigrantes, muchos abandonaron sus lugares de origen en búsqueda de un futuro mejor, otros escapando de las guerras, las matanzas étnicas o la hambruna, así fueron bajando de los barcos, hoy por vía terrestre o aérea, españoles, italianos, judíos, árabes, japoneses, chinos, alemanes, galeses,  croatas, lituanos, uruguayos, peruanos, bolivianos, paraguayos, chilenos, venezolanos, dominicanos, africanos etc. 

Cuando hoy se habla de grieta esa Argentina de inmigrantes contuvo bajo el mismo cielo a aquellos que en la lejanía no se toleraban, se guerreaban, se desconfiaban, pero acá terminaron siendo iguales, viviendo en paz y armonía.

Según un informe de la CEPAL somos el país de América del Sur con mayor cantidad de migrantes y eso nació con la Patria y fueron los inmigrantes, con los pueblos originarios que dieron lugar al criollo y ahora podemos decir que hay un “ser argentino”.

Ser migrante cualquiera sea su origen o los motivos que lo impulsaron a salir de su país, muchas veces hacia lo desconocido, marca de suyo una pauta valorativa, son personas valientes, que no trepidan en comenzar de cero y lejos de sus familias y con esa fuerza interior forman familias, arman negocios, hacen futuro.

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Inmigración es un camino, es ese gran viaje de la vida, como dice el genial poeta español Antonio Machado en su Proverbios y Cantares, el inmigrante es presente, pero también fue pasado y es fundamentalmente futuro, por eso “ Caminante, son tus huellas ; el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás; se ve la senda que nunca; se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino;  sino estelas en la mar”.

¡Feliz día para todos los inmigrantes y sus descendientes!