Recortes de intimidad Recortes de intimidad
La pandemia afectó a toda
nuestra vida y lo hizo de
muchas maneras, porque
tocó todas las esferas que
habitamos. Frente a ello se
hizo y se va haciendo lo que
se puede.
En el caso de la vida
de parejas también se pasó
por diferentes situaciones.
Así, a algunas parejas,
la pandemia les dio la posibilidad
de “reciclarse”, “renovarse”
y potenciarse”.
Así,
un estudio hecho en Portugal
mostró que en la Pandemia
hubo parejas que mejoraron
su vida sexual, basándose
en una premisa básica:
poder hablar, utilizando
para ello el tiempo compartido.
Porque, lo cierto que la
vida sexual no se trata tanto
de destrezas, sino de encuentros
que se tejen con
esos dos elementos: tiempo
dedicado y capacidad de comunicar.
Otra cosa que algunas
parejas lograron hacer es
darse cuenta de que el sexo
tiene una parte lúdica que
ayuda a que la intimidad se
desarrolle. Esto motivó un
incremento en las compras
online de juguetes eróticos
para incorporar a las actividades
sexuales de la pareja.
Particularmente acentuemos
la compra de los llamados
juegos sexuales para
compartir como un
elemento de doble
valor: vencer
un posible
limite en algunas
parejas para
favorecer el
encuentro y el
autorizarse (una
palabra fundamental
en salud sexual) a buscar
senderos nuevos de disfrute
para potenciar esa parte
de la intimidad. Sobre esta
palabra me quiero detener
un momento: la intimidad.
La intimidad, lo señalemos,
es una eternidad concentrada
en un instante. Dura
lo que dura. No más que
ello, ni menos. Dado que la
intimidad es acción, sería un
verbo, pero que sólo se conjuga
en presente. La intimidad
es “aquí y ahora”. No
existe intimidad en pasado
ni en futuro, por ello no es ni
promesa, ni recuerdo. Hago
una observación sobre esto:
toda intimidad nace teñida
con los colores de las otras
intimidades vividas, pero
nunca es una reproducción
y, valga decir, toda intimidad
vivida alimenta el deseo
de una intimidad a vivir.
Pero no confundirse
es sólo presente.
Voy a definir
a la intimidad
como ese
momento compartido
donde
la desnudez alcanza
un nivel superlativo
de humanidad.
Cualquier desnudez,
puesto que la intimidad
es exhibir la fragilidad para
descubrir la fortaleza y el
cuidado.
Aun siendo pasajera,
aun siendo circunstancial,
la intimidad nos revela
naturalmente.
Hay personas que tienen
la capacidad de generar desnudez
y otras que tienen la
capacidad de crear las condiciones
para la intimidad.
Fabuloso cuando van juntos,
pero sabiendo que son dos
cosas diferentes. Ni siquiera
complementario, lo que no
quita que es sublime cuando
están asociadas.
Quizás por ello creo que
nunca se debe renunciar a la
posibilidad de compartir intimidad,
nunca jamás se debe
intentar hacerlo. Sin embargo,
la madurez del espíritu
surge cuando aprendemos
como protegernos, sin
escondernos, como disfrutarla
sin tomar riesgos, como
producirla sin pagar cualquier
precio.
Desarrollar intimidad sólo
es posible porque nuestra
humanidad está hecha para
el encuentro, desde la alteridad
inevitable. Comprenderlo
es hacer un paso más
en nuestra evolución.