Interiorismo emocional: hogar, decoración y sentimientos

Por Arq. Jorge Cereghetti. Director de la Licenciatura en Diseño de Interiores de UADE

Más allá de la sensación de cobijo y refugio que nos genera un espacio, nos exponemos a acondicionamientos psicológicos de manera consciente o inconsciente. De esta forma, podemos sentir incomodidad, miedo, y tranquilidad, entre otras cosas. Es posible que la forma, la luz, las dimensiones, los materiales, los colores, y el mobiliario hayan influenciado en nuestros cuerpos y percepción. El Interiorismo emocional es una manera de entender esto, y de cómo transformar “una vivienda” en un espacio optimista, lleno de vida, cómodo, y confortable

Esta rama del diseño trabaja la adaptación de los espacios a la psicología y a las emociones humanas, en búsqueda de una mejor conexión entre los estados de ánimo y la ambientación. Toma conceptos de diversas corrientes estéticas, como el “Feng Shui”, “Vastu Sastra”, el minimalismo, el kitsch, estilos nórdicos, y étnicos. Su premisa fundamental es que el entorno influye en el comportamiento y las emociones del ser humano, de manera que las dimensiones, las formas, el color, las texturas, o la disposición del mobiliario pueden hacernos sentir mejor.

Por otro lado, a diferencia de las corrientes decorativas tradicionales basadas en las formas y evocaciones, esta recibe respaldo científico. Como señala Chloe Taylor, de la revista Psychology Tomorrow, atribuye su origen a la neurociencia: “las investigaciones científicas han demostrado la capacidad de los elementos de diseño de interiores para evocar una respuesta emocional positiva o negativa en las personas”.

Estilos

El estilo nórdico es la corriente decorativa que mejor representa un hogar emocional, consiguiendo espacios cercanos al minimalismo, debiendo estudiar la espacialidad para lograr un equilibrio y balance a través de los colores, las texturas y materiales.

Formas

Para conseguir un aspecto limpio y espacioso, se combinan dos elementos esenciales en la decoración: estética y sentido práctico. Deberán reinar la sencillez de formas y las líneas depuradas. Según la Dr. Sibel Seda Dazkir de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), las líneas curvas nos inspiran felicidad y relax, mientras que las rectangulares transmiten sensaciones de frialdad.

Color

Mucho se ha escrito sobre la psicología del color y el diseño emocional no escapa a su influjo, fusionando lo físico y lo emocional en el ámbito del diseño de interiores. A través del color despertamos sensaciones de amplitud, confort, niveles térmicos y efectos visuales en los usuarios, percibiendo distintas sensaciones y reacciones físicas.

Materiales y texturas

Los proyectos deben invitar a conectar el diseño y los materiales, utilizando el aspecto más superficial de las cosas. El objetivo no es decorar a la última moda sino seleccionar cuidadosamente las texturas y materiales que armonicen con la psicología de la familia o de la persona residente.

La búsqueda de sencillez y de orden en la distribución espacial es uno de los mejores consejos del interiorismo emocional, brindando un mayor protagonismo al espacio y la organización, rechazando los adornos y objetos cuya única función es rellenar espacios, y fomentando la eliminación regular de los elementos prescindibles que consuman un espacio vital. Habitar en un desorden perpetuo afecta negativamente la tranquilidad y relajación, asociándose con sensaciones de ajetreo, tensión e incluso estrés.

El interiorismo emocional anima a practicar una limpieza física del espacio para desechar todos los objetos que puedan atentar el orden y la armonía deseados.