Analistas indican lo que puede venir, los peligros que acechan y las necesidades urgentes Analistas indican lo que puede venir, los peligros que acechan y las necesidades urgentes
La renuncia del ministro
de Economía Martín Guzmán a
ese cargo, sembró de preocupación
e incertidumbre el
escenario económico, político
y financiero que atraviesa un
progresivo y acelerado deterioro
durante las últimas semanas,
con una serie de problemas
sin resolver como la
falta de gasoil, la inflación
creciente, la deuda en pesos y
la inestabilidad del tipo de
cambio que alcanzó valores
récord esta semana.
A los problemas económicos
se agregaron, además,
con mayor virulencia los pedidos
desde el sector kirchnerista
del mismo gobierno de la
renuncia del ministro a quien
el presidente Alberto Fernández
buscó respaldar durante
sus últimas apariciones públicas.
Antes ya habían sido
desplazados Cafiero de su rol
de jefe de Gabinete aunque
sigue dentro del Gobierno como
canciller y hace días, Matías
Kulfas del área de Producción,
quien fue eyectado
del Gobierno.
Ahora, Guzmán.
El escenario político y económico
cruje. Quedan 16 meses
por delante hasta la próxima
elección presidencial en la
Argentina, pero con una crisis
que desde el seno de la coalición
gobernante avanza a una velocidad
inusitada y que se va retroalimentando
por las acciones
de los mismos protagonistas del
Gobierno central.
Mientras tanto, el día a día
de los argentinos se va sumiendo
en un creciente deterioro
de las condiciones de vida.
Buscan cada vez con mayor
dificultad el cómo estirar
los pesos para llegar a fin de
mes, cómo tratar de resguardarse
de la caída en la pobreza
o cómo hacer para conseguir
un poco más de gasoil
que permita seguir trabajando,
llevando a la gente a sus
trabajos, levantar una cosecha
o cómo sobrevivir en el
caso de las empresas a la situación
asfixiante de impuestos
que caen cada fin de mes.
En este escenario de crisis
que, lamentablemente de a
ratos pareciera ser permanente,
en el Gobierno central
siguen peléandose, demorando
soluciones y sembrando
más incertidumbre, como si
ya la gente no tuviera suficiente.