Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Opinión

Extinción masiva de insectos

06/04/2023 02:02 Opinión
Escuchar:

Extinción masiva de insectos Extinción masiva de insectos

Por Ing. María Florencia Garcia Casali, Docente de la Lic. en Producción y Gestión Agropecuaria en UADE

Para EL LIBERAL

Hay una realidad insoslayable, y es que entre los seres vivos de la Tierra existe una familia que suele sufrir la muerte más indigna: el zapatillazo limpio, sin muestras de remordimiento o compasión alguna. No hay misericordia para ellos, los bichos. Encerramos bajo este término a los que técnicamente pertenecen al filo de los artrópodos: dentro del cual están, entre otros grupos, los insectos.

Una mano basta para señalar a quienes cuentan con la bendición de la simpatía humana: las abejas y las vulgarmente llamadas "vaquitas de San Antonio". A lo sumo los bichos bolita y los ciempiés, para los chicos. Pero lo cierto es que los insectos del mundo han venido desapareciendo a una tasa alarmante; tal es así, que recientes estudios muestran que más del 40% de sus poblaciones en el mundo están declinando, y que un tercio están en peligro. De acuerdo con esta información, podrían llegar a desaparecer en los próximos 100 años. Su tasa de extinción es 8 veces mayor que la de los mamíferos, aves y reptiles. Algunos se preguntarán con sorna, si esto después de todo puede afectarnos de alguna forma.

Los insectos son por lejos la forma más variada y abundante del reino animal y cumplen una multitud de funciones ecosistémicas, tomando la polinización como la más conocida: no sólo a través de las conocidas abejas europeas (Apis mellífera) sino también a través de toda una gama de abejas silvestres, avispitas, moscas y escarabajos; además de mariposas y otros animales. Asimismo, y a través de sus modos de alimentación, cumplen con otros procesos imprescindibles para el funcionamiento de nuestros ecosistemas, como el ciclado de nutrientes, y constituyen ellos mismos la fuente de alimentación para aves, mamíferos y anfibios. Por ejemplo: se estima que el 80% de las plantas silvestres dependen de los insectos para su polinización (y por lo tanto para reproducirse), mientras que el 60% de las aves dependen de los insectos como fuente de alimento.   

Lo cierto es que tan denostados suelen ser los insectos en general, que nuestro reconocimiento de que esta extinción está ocurriendo llegó de forma relativamente reciente y de la mano de una sociedad de entomólogos amateur fundada en 1905.

Pero antes, consideremos algunas cuestiones básicas: para poder decir que los insectos están extinguiéndose, uno debe basarse en datos objetivos. Por otro lado, realizar conteos de ellos es dificultoso y tedioso debido a su movilidad, su naturalmente variable ubicación, a lo que se suman fluctuaciones poblacionales de un año a otro: con causas múltiples y frecuencias misteriosas. Es necesario establecer trampas, chequearlas, contabilizar insectos, y esperar décadas para obtener resultados que muestren inequívocamente una tendencia (no basta con unos pocos años para realmente monitorear el asunto). Adicionalmente, los presupuestos dedicados a la investigación persiguen objetivos de un plazo más corto, motivados en alicientes concretos, o en la necesidad de obtener un conocimiento específico.

Afortunadamente, quien tiró la primera piedra y cubrió este vacío, fue la sociedad de entomología mencionada con anterioridad. Este grupo de entomólogos comenzó a recoger insectos de forma estandarizada a partir de 1989 en 63 reservas naturales de Alemania, utilizando unas trampas (conocidas en la materia) llamadas "malaise traps". Este tipo de trampa podría describirse como una especie de carpa, que posee una gran abertura en su base y se apoya en el suelo. Una vez que los insectos, sobre todo aquellos voladores, ingresan por esta gran abertura, se encuentran con la imposibilidad de avanzar. Alcanzan la pared opuesta de la carpa, por lo que se ven forzados a elevarse, hasta que llegan a un cilindro estratégicamente ubicado en la cima y que posee un agente insecticida.

En 2016 se publicaron los resultados, que incluyeron el periodo comprendido entre 1989 y 2016. Para 2017, este estudio ya se había vuelto el sexto más discutido en la comunidad científica. El motivo de tanto revuelo fue que dichos resultados informaron que la cantidad total de insectos (medida como biomasa, es decir el peso total de la masa de insectos que se recogían de las trampas) declinó un 76% a lo largo de dicho periodo, siendo esta disminución aún mayor (82%) para las poblaciones de insectos de verano. Este estudio encendió las alarmas de científicos de todo el mundo, y logró mayor notoriedad entre el público general luego de un artículo del New York Times, titulado "El apocalipsis de los insectos está aquí". El hecho de que estos resultados se hayan obtenido de muestreos realizados en reservas naturales bien manejadas, los volvió aún más preocupantes.

Estos concienzudos entomólogos se ocuparon asimismo de recolectar información adicional importante durante cada muestreo: se registraron datos referidos al clima, así como también cambios en el paisaje o en las especies de plantas del área, en caso de haberlos. Esto es importante, porque permite posteriormente inferir -en el caso de encontrarse grandes variaciones en estos datos- la posibilidad de que allí se encuentre el motivo de cualquier cambio observado en las poblaciones de insectos. Sin embargo, no pudieron encontrar cambios significativos en esas características ambientales que pudieran explicar su extinción.

Actualmente han sido publicados nuevos estudios en diversas partes del mundo, y si bien algunos grupos de insectos no parecieran estar sufriendo este mismo destino, otros sí mostraron disminuciones en proporciones variables.   

Las causas aún son debatidas, pero se cree que podrían hallarse en la deforestación (esto especialmente en regiones subtropicales y tropicales del mundo), la modificación del paisaje y de su biodiversidad que vino de la mano de la creciente urbanización y sobre todo, de la expansión de la agricultura, siendo esta última la que en adición comenzó a valerse masivamente de diversos productos para lidiar contra las plagas que azotan la producción.

Nuestra manifiesta antipatía ante los insectos debería enfrentar el hecho de que son esenciales para el funcionamiento apropiado de los ecosistemas. Difícilmente podamos llegar a comprender las consecuencias que su extinción podría causar. En el agro estamos viviendo una gran tendencia multifactorial que nos insta a utilizar productos cada vez más suaves, procurando prevenir tanto como sea posible, efectos secundarios ambientales indeseables. Pero es altamente probable que nos veamos obligados a pensar en formas menos convencionales de convivir con los insectos; estas exigencias sin duda se volverán extensivas a nosotros de una u otra forma, más tarde o más temprano, por lo que es mejor empezar a considerar el tema y mentalizarnos desde este momento.


Lo que debes saber
Lo más leído hoy