Ingenuidad Ingenuidad
¡Buen día! Soy naturalmente ingenuo, creo fácilmente en las personas, pienso que la mayoría son buenas.
No me arrepiento de ello, y creo que soy mucho más feliz así que si me la pasara desconfiando de todo el mundo. Pero confieso que la ingenuidad tiene su precio; que lo pagué algunas veces y que, seguramente, lo seguiré pagando.
Mi recuerdo más antiguo se remonta a una fiesta escolar en mi pueblito. Estaba, lo recuerdo, en primer grado.
Mi buena madre, en su gran pobreza, me había dado unos centavos, justo para que comprara una paquetito de diez pastillas, que eran mi locura.
Se acercaron tres o cuatro chicos algo más grandes que yo y, viendo mi jubilosa adquisición, me pidieron que los convidara porque no tenían para comprar. Lo hice inmediatamente, no sin ver con algo de tristeza que mi “tesoro” se iba reduciendo más pronto de lo esperado (lo de tesoro se entenderá mejor si se sabe que disponer de un paquete de pastillas era un lujo que disfrutaba un par de veces al año). De todos modos el ver la cara de feliz de los chicos compensaba mi “despojo”.
Lo malo fue el final, para mí inolvidable. El chico mayor (8 años aproximadamente) pone la pastilla en la boca y luego mete su mano en el bolsillo. Con aire de triunfo y burlándose del engaño muestra un paquete de pastillas que él también había comprado. La burla fue compartida por sus amigos, y esto me afectó de tal manera que busqué un rincón apartado y me puse a llorar desconsoladamente...
A lo largo de mi larga vida he predicado algunas otras experiencias de “viveza criolla”, y no termino de escarmentar.
Quizá me falte cultivar un aspecto de la recomendación de Cristo: “Ser ingenuo como palomas, pero sagaces como serpientes”. De todos modos, esas malas experiencias personales hicieron que nunca me tentara de abusar de la ingenuidad ajena. Por el contrario, toda persona ingenua me despierta una simpatía cordial. Pienso en aquello escrito alguna vez por Arréat: “Permanecer ingenuos es, más de lo que se cree, un signo de fuerza”. ¡Y que Dios siga protegiendo a los ingenuos!
¡Hasta mañana!







