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Tony Estruch, creador del geniotipo: “Todos somos extraordinarios y tenemos un talento que compartir”

Por Aldara Martitegui - Periodista de Nius Diario.

- 22:37 Para vivir mejor

Tony Estruch ha pasado los últimos diez años de su vida estudiando el talento humano: eso que todos tenemos y que nos hace especiales, únicos. Eso -a lo que es complicado poner palabras porque el lenguaje es limitado- que tiene que ver con nuestro potencial como seres humanos y que una vez desplegado nos convierte en auténticos genios.

Fruto de esta década de investigación, en la que Estruch ha colaborado con expertos de diferentes ámbitos como la psicología y la neurología, este músico reconvertido en estudioso del ser humano ha desarrollado un modelo que nos permite conocer nuestro talento: el geniotipo.

“Todos somos extraordinarios como seres humanos y todos tenemos un talento que compartir”, asegura.

“Cuando yo conozco mi geniotipo, lo que consigo es conocer las capacidades biológicas que hay en mí de forma innata. Y, si las desarrollo de forma auténtica -porque las conozco- es cuando me convierto en un genio… que nadie deje de buscar ese talento, porque, en el fondo, el talento es la luz que cada uno puede aportar a este mundo”.

Lamentablemente, explica Estruch, lo habitual es que nuestro talento haya quedado tapado debajo de capas de adoctrinamiento, de prejuicios heredados y de creencias a las que la mayoría estamos completamente ciegos.

En Geniotipo, descubre el genio que hay en ti (Diana 2022), Tony Estruch nos ofrece todas las claves para descubrir nuestro talento a través de los nueve geniotipos: nueve maneras diferentes de mostrar nuestra genialidad y que aspira a ser una herramienta de autoconocimiento que nos permite ordenar nuestra mente desde el corazón. Porque el talento tiene mucho más que ver con ‘quiénes somos’ -con nuestra esencia- que con ‘cómo somos’. Conocer ese ‘quiénes somos’ a través del geniotipo, nos permite desplegar un ‘cómo somos’ más coherente y alineado con nuestra esencia y, en consecuencia, poder diseñar una vida cargada de sentido y de propósito.


Pregunta: Tu modelo del geniotipo aún no tiene validez científica, pero, por el camino que lleva, parece que aspira a tenerlo. ¿En qué punto está?

Respuesta: De momento esta investigación se basa en principios biológicos, psicométricos y neurológicos. Pero resulta que, de momento, de lo único que yo he podido ofrecer datos, es de la parte psicométrica. De la parte neurológica no he podido ofrecer nada porque necesita de un estudio más complejo. Un test de este tipo de características, para que sea válido, tiene que tener una muestra de mil personas y tener una efectividad del 75 % (…) Claro, cuando ya llevas más de 9.000 muestras y la efectividad sigue siendo del 95% -porque cada semana se va actualizando solo- es muy eficaz. Ya hemos hablado con revistas científicas y consideran que ya puede ser publicable porque cumple con todos los parámetros psicométricos. Ahora bien, te dicen que la publicación puede tardar uno o dos años en hacerse por varios motivos. Y en la parte de la neurociencia, si todo va bien, a finales de año podré enseñar todos los resultados, porque estamos trabajando con un equipo de neurólogos.


P: ¿Crees que el geniotipo podría tener un respaldo de la neurociencia?

R: Con mi equipo ya estamos demostrando que, dependiendo de cada geniotipo, se te ilumina una parte del cerebro. Por tanto, esto sería una revolución, porque si cada geniotipo tiene una iluminación diferente del cerebro, podríamos decir que ya desde pequeños podríamos ver el talento de cada niño según la parte del cerebro que se ilumine. Tendríamos el apoyo de la psicometría y el apoyo de la neurociencia y entonces ya no sería una simple teoría como el eneagrama, que es pura teoría. Y no lo estoy criticando, solo comparando. El eneagrama es una teoría que cada profesional se la adapta, pero esto no: esto es dos por dos son cuatro.


P: Dices que el cerebro se iluminaría en una zona u otra dependiendo de cada geniotipo. ¿Esto lo estudiáis mientras se realiza alguna tarea concreta?

R: Da la casualidad que yo sí soy algo, soy músico, y hace tiempo que compongo meditaciones con ondas con sonido binaural. Lo que hacemos es que utilizamos una misma canción para todo el mundo (…) Vemos que no todos los geniotipos se iluminan igual, más bien es por grupos de tres. Los que tienen la creatividad biológica analítica se iluminan, por un lado, los que la tiene artística por otro y los que tienen la creatividad intuitiva por otro.


P: ¿Por qué crees que es importante que la neurociencia avale el geniotipo?

R: Mi propósito en la vida no es el geniotipo. Mi propósito en la vida siempre lo he tenido claro y lo digo con toda la humildad del mundo, pero con toda la determinación: si el día que me muera he conseguido cambiar un 0,00001% el sistema educativo, me doy por satisfecho (…) ¿Y cómo puedo hacer yo eso? pues una vez tengo este sistema psicométrico -que lo clava siempre- la única forma para que yo pueda ir al Ministerio de Educación es diciendo: “mira, la neurociencia dice esto”. Yo lo que quiero es cargarme de razones para cuando vaya a hablar con el sistema educativo decir: “es que no tienes nada que discutir; estás enfocando mal porque el cerebro de esta persona está sacando un 3 en matemáticas porque su cerebro está preparado para ser un genio en música y no te estás enterando”. Lo único que hago es cargarme de razones para esto. Y tenemos la suerte de que ya el año que viene empezamos a trabajar en dos colegios en los que introducimos la asignatura de Talento y educación emocional basado en el sistema de geniotipo.


P: El sistema educativo nos corta a todo por el mismo patrón: capa nuestro talento natural para convertirnos en moldes. Esto, genera mucha insatisfacción e infelicidad a largo plazo. Hoy en día nos encontramos con adultos frustrados que están haciendo cosas que no están alienadas con ‘quienes son’ y que se sienten perdidos ¿Conocer nuestro geniotipo desde pequeños podría cambiar esto?

R: En el libro cuento que educar viene de la palabra educare, que es acompañar al otro. Pero últimamente vemos que a los colegios se les llama centros de formación. Formación viene de formare que significa formar o formatear, es decir, sustituir los archivos originales por otros. Y ahí es donde empieza todo. Si a mí, de pequeño, las matemáticas no se me dan bien porque mi cerebro -sus capacidades creativas y cognitivas- no están tan preparadas, tan desarrolladas para eso…puede ser que yo esté más preparado para tener unas capacidades artísticas y tú te empeñes en que haga matemáticas como todos, exactamente de la misma manera…pues si yo en matemáticas soy un cuatro y el de mi lado es un ocho, automáticamente ya me has generado frustración. Y esto empieza desde 4º de primaria o de 3º de primaria. Y luego, voy a casa, y mi padre me dice: “niña, es que tienes que aprobar todo porque mira tu amiga que lo ha aprobado todo”…más frustración y competencia. Y ya puedes poner todos los psicólogos de mundo que ya no hay nada que hacer. Es que hay que cambiar todo desde cincuenta mil sitios.


P: ¿Piensas que cada vez hay más conciencia sobre este tema que planteas y que ya está cambiando algo?

R: Tengo la sensación de que empieza a haber voluntad de que algo cambie, eso es evidente. Y es grandioso porque cuando empiezas a hacer algo, aparecen muchas sinergias o persona que están haciendo cosas parecidas en otros sitios. Ayer mismo hice el mapa del geniotipo a una chica y ya me llamó para decirme que me ha conseguido tres entrevistas con directores de colegios… yo veo que hay ganas, sí. Y a eso vamos.


P: Además de para ayudar a los niños a elegir su camino en la vida, el geniotipo puede ayudar a los adultos a reconducir la suya. Estamos hablando de un método que nos invita a parar por un momento este ritmo frenético que llevamos, mirar para dentro y descubrir no ‘cómo somos’, sino ‘quiénes somos’… pero la realidad es que la sociedad nos invita más a bien a lo contrario: a estar muy distraídos de nosotros mismos, ¿no crees?

R: Sí, parece como que tenemos que ocupar nuestro tiempo porque en el momento que ocupamos nuestro tiempo, no hay espacio para la atención sostenida. Entonces, cuando no hay espacio para la atención sostenida, es imposible que yo pueda reconocer qué es aquello que estoy sintiendo que no me aporta bien, ni me aporta paz. (…) Si tú no tienes tiempo para detenerte y darte cuenta de que un pensamiento no te aporta paz, vas como en automático. A eso me refiero con llenar tu tiempo: si estás siempre llenado tu tiempo, no te da tiempo ni a darte cuenta de que no estás bien.


P: ¿Qué tiene que ver el talento con la personalidad?

R: Al talento no le interesa la personalidad. Hay una cosa maravillosa, una publicación de la neurocientífica Nazareth Castellanos -que cuando la ví empecé a dar saltos de alegría- y es que dice que la neurociencia ha demostrado que cuando un actor empieza a ejercer de actor, hay un mecanismo neuronal que desactiva su propia personalidad para que ejerza el talento… así que, al ego, el talento le da igual (…) conocerás millones de personas que han llegado muy arriba y que su talento es impresionante y que luego, como forma de ser, por ejemplo Cristiano Ronaldo -que si es un tío déspota, ególatra y bla bla blapero luego cobra millones por su talento… y la gente lo idolatra por su talento, no por su forma de ser.


P: ¿Qué ocurre cuando una persona descubre finalmente su talento y deja de lado esa personalidad con la que se ha venido identificando toda su vida?

R: Cuando el talento te toca, el talento hace clic con lo que tú has venido a hacer a este mundo: dan igual las circunstancias y todo lo que haya alrededor. P: ¿Has visto al talento hacer este clic en muchas personas? R: Cada día. Es ‘el pan mío de cada día’. Ayer mismo estaba haciendo el mapa del geniotipo a una persona y se estaba riendo todo el rato. Y cuando llevo un rato digo; “¿es que no estoy acertando ni una o qué? Y me dice: “no, si lo estás clavando todo… pero me estás jodiendo la vida porque nunca he querido aceptar eso y ahora veo que es inevitable”.


P: Es que tal vez llevamos demasiado tiempo buscando nuestro talento, nuestro propósito, en el sitio equivocado ¿No crees?

R: Siempre digo que si dedicáramos todo el esfuerzo que dedicamos a aquello que no nos hace bien, que no nos hace felices, a lo que sí nos hace felices, todo cambaría. Pero estamos demasiado educados en buscar la recompensa económica o en que la vida es dura y que todo tiene que ser con esfuerzo y complicado porque si no, no vale la pena: porque aquello que es fácil no tiene valor. ¡Y es todo lo contrario!: si me sale fácil, es porque tengo esas características para hacerlo, con lo cual, es lo que he venido a hacer… Es como si Messi desde pequeño la metiera por la escuadra y dijera: “bueno, como para mí es fácil, voy a dejar de hacer esto”…no tiene ningún sentido.

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