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Sin embargo, dentro de la relación que el café y la cafeína mantienen con la salud ocular, hay que hacer una excepción negativa. La ingesta abundante de café puede suponer un aumento del riesgo de ceguera y de glaucoma, advierten varios estudios entre ellos uno del hospital Mount Sinaí y otro, llevado a cabo por diversos investigadores, y publicado en la revista Ophthalmology.
Las conclusiones del estudio son que el consumo de cafeína habitual no guarda relación con el glaucoma o una baja presión intraocular.
Sin embargo, para aquellas personas que tienen una predisposición genética a tener una presión intraocular alta (un factor de riesgo para la aparición del glaucoma), el consumo de cafeína sí estaría vinculado a este aumento y, por tanto, a una mayor prevalencia del glaucoma.
De esta manera, el vínculo del glaucoma -no generalizado- estaría relacionado con uno de los prejuicios más habituales del café: la elevación de la presión arterial.
Sin embargo, son múltiples los estudios y revisiones que aclaran que una ingesta moderada de café (entre una y tres tazas diarias) no supone aumentar la presión arterial.
En síntesis, saborear una taza de café con amigos o la familia no debería traernos demasiadas consecuencias, pero eso sí, no abusar de su consumo es el mejor consejo.