La "fiesta privada" que derivó en una causa

El 31 de agosto de 2018 Luciano Gamboa llegó junto con un amigo y cuatro jóvenes alrededor de las 4 de la mañana a la casa de Ramiro Petros, en el barrio privado El Tatú, al sur de la ciudad. Lo hicieron como lo habían hecho otras tantas veces, sólo que no sabían que dos de las jóvenes terminarían denunciándolos y esa acusación es hoy una de las principales razones por las que se encuentran privados de su libertad hace más de un mes.

Según la Fiscalía, las jóvenes radicaron la denuncia el 3 de septiembre y luego la ratificaron en sede judicial.

En sus declaraciones, las dos jóvenes de 21 y 23 años, relataron que "Kiwi" las pasó a buscar en un automóvil junto con un amigo y otras dos chicas desde un departamento céntrico, para dirigirse luego a la casa de Petros.

Siempre en función del relato de los fiscales, las denunciantes aseguraron que llegaron y habría sentido cierta desconfianza, por lo que se prepararon unos tragos en un vaso.

Les habría llamado la atención de que los acusados no consumían bebidas alcohólicas y por ello habrían cuidado celosamente su trago que se habían preparado.

Luego devino una situación confusa, habían apagado las luces y sonaba música electrónica a alto volumen. Una de las denunciantes encendió su celular, pero recibió el reto de los otros que estaban presentes. Allí le habrían pasado un vaso que no era del que estaban bebiendo hasta que se dieron cuenta.

Las jóvenes aseguran que comenzaron a sentirse mal, a descomponerse, a sentir elevada temperatura corporal e incluso una de ellas no habría podido controlar els esfínter, según relató la Fiscalía.

Una de las damnificadas habría reclamado esta situación a "Kiwi", acusándolo de haberle colocado drogas en su bebida, el cual le habría contestado: "No sé por qué están así, sólo les puse cristal". La joven le habría advertido que lo iba a denunciar y el imputado habría soltado: "Denunciame, igual yo nunca caigo, tengo a todos comprados".

Las jóvenes se marcharon de El Tatú en un radiotaxi y fueron al Hospital Regional. Allí fueron compensadas y tras un par de horas, les dieron el alta y se fueron a sus casas.

La Fiscalía argumentó en su pedido de prisión preventiva peligros procesales, principalmente el de posible entorpecimiento, ya que las denunciantes fueron amenazas por personas que serían del círculo íntimo de Gamboa y Petros, además de que el empresario tendría los recursos necesarios suficientes para poder darse a la fuga eventualmente.