Los rugbiers regresaron a Villa Gesell para comparecer ante el juez Los rugbiers regresaron a Villa Gesell para comparecer ante el juez
En Villa Gesell, los ocho rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa arribaron al juzgado en medio de un importante operativo de seguridad. Allí se llevó a cabo una audiencia oral clave para la definición de su situación procesal.
Los jóvenes llegaron al lugar a bordo de un micro custodiado por cuatro patrulleros del Servicio Penitenciario Bonaerense. Los uniformados montaron un vallado en la puerta del juzgado, donde algunos vecinos les gritaron “asesinos” y “se van a pudrir adentro” a los acusados.
Aproximadamente a las 8.30 de la mañana, los rugbiers llegaron al juzgado ubicado en el Boulevard Silvio Gesell y Paseo 130.
Ante el juez de Garantías 6 de Dolores, David Mancinelli, se presentarán Máximo Thomsen (20) y Ciro Pertossi (19), acusados de ser "coautores" del crimen; Luciano (18) y Lucas Pertossi (18), Enzo Comelli (19), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (18) y Ayrton Viollaz (20), considerados como “partícipes necesarios”.
No fue necesaria la presencia de los rugbiers liberados días atrás, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino
El objetivo de la audiencia era que las partes expongan sus argumentos ante el magistrado y que éste resuelva el pedido de prisión preventiva, la cual fue solicitada por la fiscal Verónica Zamboni.
Los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola representan a la familia de la víctima, mientras que Hugo Tomei estuvo a cargo de la defensa de los acusados. éste último pidió una morigeración de la prisión preventiva y que queden bajo arresto domiciliario.
Por su parte, los abogados de la querella fundamentaron la imputación de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas” y solicitaron que se incorporen los agravantes de “alevosía” y “homicidio por placer”.
En el mismo sentido, Améndola anticipó que se explicaría por qué consideran que “Milanesi y Guarino deberían seguir presos” y por qué afirman que tuvieron una participación en la “autoría funcional” del homicidio, por lo que deben ser considerados “coautores del crimen”.
