Prisión preventiva por el atraco y el robo de 4 toneladas de soja Prisión preventiva por el atraco y el robo de 4 toneladas de soja
La jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, dictó ayer la prisión preventiva para cuatro individuos, sospechados de haber perpetrado un audaz golpe de una carga de 4 toneladas de soja, en un campo distante 80 kilómetros de la ciudad de Quimilí, departamento Moreno.
Según la investigación que impulsa la fiscal Victoria Sottini, la medida fue dictada en contra de Gonzalo Germán Figueroa, Rafael Gustavo "Pili" Barcenilla, Ramón Enrique Torancio y Elvio Nicolás Torres, acusados de "robo calificado en despoblado y en banda", reprimido con penas que van de 5 y llegan a los 15 años de cárcel. Hay una quinta acusada, prófuga, Rafaela Barcenilla.
Para la investigación, los sujetos ingresaron el 26 de junio pasado, a las 12.45, en un inmueble rural denominado "Don Roberto", ubicado en el Lote 2, propiedad de Carlos Stacchiotti.
La denuncia
Allí, habrían violentado los alambrados perimetrales del campo y los silobolsas. Después, se habrían apoderado de 4.000 kilogramos de soja y huyeron con la carga de cereales a bordo de dos camionetas, según la denuncia motorizada ante el Departamento de Seguridad Ciudadana N° 12.
El damnificado señaló que la banda portaba armas blancas y de fuego. Lo amenazaron, destruyeron un silobolsa y cargaron la soja en dos camionetas, una Ford F-100 y una Isuzu. Después, huyeron.
Procedimiento
Cuatro horas después, los investigadores interceptaron a los presuntos maleantes a 7 kilómetros del campo tomado por asalto. Comenzó una tenaz persecución, pero de todos modos los maleantes igual pudieron burlar el control policial y cruzar al Chaco. Luego, la policía chaqueña alertó a su par santiagueña al interceptar a la camioneta Ford-F-100, ahondaron los voceros.
Allí, cayeron Gonzalo Figueroa, de 29 años, y Elvio Torres, de 21, ambos chaqueños, quienes quedaron presos. Los restantes fueron apresados menos de una semana después, a excepción de Rafaela Barcenilla.
Les fueron secuestrados poco más de 500 kilos de soja y los imputados aún hoy sostienen que no la robaron, sino que la compraron a un camionero, mojada, para la alimentación de cerdos, pese a numerosos testigos retrucándolos.
