Banda cordobesa, a juicio por robo de $ 503.000, U$S 50.000, joyas de oro y ropa a conocidas familias de Capital Banda cordobesa, a juicio por robo de $ 503.000, U$S 50.000, joyas de oro y ropa a conocidas familias de Capital
La jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, envió ayer a juicio a cuatro cordobeses, acusados de desvalijar varias casas de familias acaudaladas en la Capital, a quienes despojaron de $ 503.000, U$S 50.000, más de un kilogramo de oro, juegos electrónicos, relojes y ropa.
"Robo agravado en poblado y en banda, en concurso real de delitos", son los cargos enrostrados por Romina Cortez, Ivón Ganín y Natalia Depompa, integrantes del equipo del fiscal Sebastián Robles, en contra de Alexis Rossado, Marcos Escuti, Franco Suárez y Ana Marianela Arduz.
Todos los golpes fueron ejecutados entre las 12 y 13, mientras las viviendas estaban sin ocupantes. Ello deja entrever que los objetivos fueron marcados.
Según el proceso, el 22 de diciembre de 2019 irrumpieron en un domicilio del B° Belgrano (calle Puerto Madryn). Allí, habrían robado anillos, pulseras, cadenas de oro y plata, aproximadamente un kilogramo de oro, piedras preciosas; 50 relojes de varias marcas; U$S 50.000 y $ 503.000.
El segundo atraco data del 18 de enero del 2020. El blanco fue una casa de calle Magallanes del B° Centenario. Tras forzar un ventanal, los maleantes ingresaron y sustrajeron joyas de diversa clase, tres tarjetas de crédito, dólares y pesos argentinos.
No conformes, esa misma jornada habrían forzado las rejas de un ventiluz de un inmueble. Luego de remover todo en las habitaciones, sustrajeron ropa de vestir de hombre y de niño, calzados,; una consola de videojuegos y una notebook.
Luego, los delincuentes ascendieron a un automóvil y abandonaron Santiago del Estero.
Según la investigación, los sujetos habrían sido detenidos al llegar a Villa María, Córdoba. Trascendió que un policía descubrió que llevaban un arma de fuego. Avanzaron en la requisa y se dieron con ropa y joyas. "Venimos de Las Termas de Río Hondo", dijeron a los uniformados.
Los cordobeses pidieron documentación e informes a sus pares santiagueños y la respuesta fue que acababan de perpetrarse varios golpes. En días se supo que habían enviado una encomienda con joyas y ropa.
