Atraco al ganadero de Alberdi: gitana, amiga y “marcador” desvelan a la policía

Un "marcador", una misteriosa gitana y una desconocida son buscados intensamente por la policía, por conformar una banda que el viernes a la mañana asaltó a un ganadero en Alberdi, lo despojó de casi $ 1.000.000, entre dinero, armas, celulares y grupos electrógenos. La banda horas después fue desmantelada, al chocar con una vaca en Loreto y ser por consiguiente, ubicada por la policía.

Los maleantes salieron airosos del asalto y cayeron esposados quizá por desconocer la zona y carecer de frialdad para evitar quedar en el radar policial.

El capítulo introductorio del atraco se registró temprano, el viernes pasado. Falseando identidades de otros compradores de ganado, Gabriel Alejandro "Porteño" Barraza, Víctor "Gringo" Peralta y una mujer (al parecer gitana), arribaron a una finca en "El Progreso" y fueron recibidos por su dueño, René Ibáñez, de 60 años, y el empleado Raúl álvarez.

Ni bien se vieron las caras, los visitantes extrajeron armas de fuego. "Esto es un asalto", gritaron. "Nos dan toda la plata o los hacemos m….", advirtieron. Para dejar en claro que hablaban en serio, uno de los delincuentes derribó a Ibáñez con un culatazo de pistola en la cabeza.

Sin resistencia alguna, se apoderaron de casi $ 500.000, dos grupos electrógenos, cuatro rifles Winchester, celulares y otros objetos de valor económico. Maniataron y encerraron a las dos víctimas y huyeron en una camioneta Ford Ranger alquilada en una empresa de la Capital.

Y comenzó tal vez la debacle de la banda. Sin dimensión real de las rutas, ingresó por caminos inhóspitos que solo les generó tediosas horas de más de viaje. En el proceso, los sujetos se detuvieron en el monte y se desprendieron de pruebas. Deambularon por Tintina y Otumpa (Moreno); Sacháyoj, (Alberdi); Avellaneda, parte de parajes en la ruta 34, hasta recalar en Atamisqui y Loreto. Para entonces, ya habían dividido el botín.

Eran cerca de las 23, cuando chocaron una vaca y se quedaron sin camioneta. Dos mujeres (la identidad de una de ellas es un enigma) descendieron e hicieron dedo. Luego, contrataron a un remisero que las acercó a una ruta y recibieron auxilio de "amigos". Con las acompañantes fuera de escena, El "Porteño" y "Gringo" escaparon a pie. Así, llegaron a una casa en el monte, cuyos propietarios les proveyeron de comida. Sin desentonar con su estirpe delictiva, pagaron el "bien" que recibieron con el "mal" que los mueve: se despidieron robándoles el auto.

Los prontuarios del “Porteño” Barraza y el “Gringo” Peralta

La noche del 9 de abril de 2019, Barraza y un cómplice irrumpieron en casa de Teresa del Valle Capo, B° Autonomía. La derribaron, la sujetaron del cuello y casi la asfixiaron. "Dame toda la plata que tengas; sé que tu marido trabaja en una empresa; hablá porque te c… de un tiro; dame la plata, que ya lo han entregado a tu esposo", gritó un maleante. "Callate y no me mires a la cara, o te vamos a matar. ¿Te quieres morir?", insistió.

Durante 10 minutos la golpearon. Aterrada, la víctima les entregó $ 230.000 y U$S 2.030. Luego, los delincuentes escaparon, pero a dos cuadras, la policía lo derribó y redujo a Barraza. Su "socio" huyó. En septiembre pasado, Barraza fue beneficiado con un hábeas corpus y quedó libre.

El domingo 14 de noviembre de 2004, el carnicero Marcelo Leopoldo "Hormiga" Paz (y su familia) se encontraba en su casa. Arribaron tres individuos armados. Exigieron dinero, pero "Hormiga" no tenía nada. El dueño de casa reconoció a uno de los delincuentes y por ello lo ejecutaron de un tiro.

Meses después, el grupo cayó preso. Uno de ellos fue Víctor "Gringo" Peralta. En el 2007, un tribunal los juzgó e impuso diversas condenas. Peralta recibió 19 años de cárcel y fue alojado en penal de Alsina 850.

Diez años después del asesinato, le fue concedida la libertad transitoria. Desde entonces, vivía en el B° La Católica y ahora adquiere notoriedad, nuevamente, por el golpe armado contra el ganadero.

Mujer de tonada chaqueña o sanjuanina contrató alquiler de la camioneta y dejó un automóvil

El 28 de septiembre último, una mujer (de tonada chaqueña o sanjuanina) se habría presentado en una agencia de alquiler de vehículos de ciudad capital. Le fue entregada una camioneta Ford Ranger y dejó, como garantía, un automóvil. Habría ofrecido como domicilios viviendas de La Banda y el B° Siglo XXI, se supo en esferas policiales.

Según declaró en la Justicia uno de los directivos de la empresa, en las últimas horas, la desconocida acordó devolver la camioneta el 30 de septiembre. Como no lo hizo, ahora la firma solo tiene la unidad dañada y un automóvil, cuyo real propietario residiría en otra provincia.

Es la solitaria "pista" o "huella" de la que la policía se aferra, resuelta en exponer a la maleante que golpeó en la finca de Ibáñez el viernes en la mañana. Aceptado, o no, las horas cruciales de ventaja (tal vez tres) que las dos mujeres tuvieron a favor en la noche del viernes, tal vez obró como pasaporte a su fragilizada y temporal libertad.

De la balacera y escondite en el monte de Loreto, a las rejas y seguridad en la ex Fandet

En los primeros minutos del sábado, en del paraje San José Sur, policías del Puesto de Control N°5, perteneciente del Departamento de Seguridad Ciudadana N°9 de Loreto, detuvieron a un automóvil Volkswagen Polo bordó, con Barraza y Peralta. Los policías desconocían sus identidades y el golpe que precedió al accidente.

En ese instante, los delincuentes extrajeron armas y abrieron fuego. Barraza bajó del coche y acabó reducido por los uniformados. Peralta huyó a los tiros contra el móvil. Se internó por un camino vecinal y en Totora Pampa abandonó el coche y se ocultó en el monte toda la noche.

Al mediodía del sábado Peralta fue interceptado a la altura del Canal de La Noria, 500 metros hacia el norte de la ruta 159. Asumiéndose descubierto, el prófugo se internó aún más en el monte, pero acabó reducido, exhausto y doblegado por la superioridad numérica policial.

La Justicia dispuso que trabaje el Departamento Robo y Hurto - Capital que continuará con las investigaciones. Sus hombres buscan a la cómplice y a la segunda mujer acompañante. También, se desconoce el destino de dos grupos electrógenos y cuatro armas de fuego de colección que el ganadero incluyó en el botín y que la banda habría arrojado en el monte.