Rechazaron condicional a cartonero por abusar a joven y darle dinero para callarlo

El juez de Ejecución Penal, Rubén Seiller, desestimó la libertad condicional requerida por un cartonero condenado por abusar sexualmente de un adolescente con retraso madurativo, al que captó mientras jugaba a la pelota, encerró, ultrajó y dio dinero para silenciarlo.

Así lo dispuso el magistrado, al rechazar el planteo de la defensa de Walter Ricardo Sandez, penado el 2 de octubre del 2018 al ser hallado responsable del delito "abuso sexual con acceso carnal", en perjuicio de un adolescente de 13 años.

El hecho

Según el juicio abreviado, el ataque sexual fue ejecutado el 12 de septiembre del 2015 a las 22. Un grupo de jóvenes se entretenía con un "picadito" de fútbol. Terció Sández e invitó a ingresar a su casa, ubicada a pocos metros del lugar en que se divertían los menores. Ya adentro, comenzó a besar al jovencito por todo el cuerpo. Luego, lo habría forzado a que le practicara sexo oral y terminó accediéndolo. Saciados sus bajos instintos, Sández le dio dinero para que el menor no revelase nada de lo ocurrido entre cuatro paredes.

De regreso a su casa, con su familia, la madre interrogó al adolescente cómo fue su fútbol y el origen del dinero. Llorando, desconcertado y avergonzado, el jovencito confesó que estuvo en la casa del cartonero y los detalles de los vejámenes padecidos.

Fue interpuesta la denuncia. Apresado el cartonero y su defensa terminó acordando con la Fiscalía un juicio abreviado el 2 de octubre del 2018 y una condena a siete años de cárcel.

Fundamentos

Sández ya lleva detenido seis años y dos meses. En teoría, "lleva cumplido el presupuesto temporal que lo habilitaría al beneficio, las normas exigen informes exhaustivos sobre las áreas y funcionarios en el área administrativa, operativa y psicológica", juzgó el magistrado en su extensa resolución.

En ese sentido, el Equipo Interdisciplinario del Juzgado habría concluido que Sández "presenta una personalidad alrededor de rasgos psicopáticos y narcisistas, falta de empatía y tendencia a utilizar al otro como objeto para su satisfacción de sus necesidades y deseos, actitud omnipotente y arrogante. Agresividad encubierta e impulsividad latente, tendencia a actuar sin mediatizar el pensamiento, dejándose llevar por el ímpetu del momento". Utiliza defensas de bajo nivel, tales como la disociación y el desplazamiento. Sin autocrítica. Destaca como factores de riesgo, la falta de implicancia subjetiva en el hecho motivo de su condena y consumo de sustancias…"