Fallo jaquea al "Gordo" Vella y defensa jugará su comodín en la Cámara

El juez de Control y Garantías de Frías, Guillermo Paradelo, desestimó ayer una batería de nulidades interpuestas por la defensa de un mecánico de motos y su empleado, detenidos en febrero tras una redada antidrogas en que les habrían sido secuestrados $ 169.000, U$S 501, droga, elementos de corte, una balanza y vehículos.

Los protagonistas son un mecánico de apellido Vella, de 53 años, apodado "Gordo", domiciliado en el B° 40 Viviendas, y su empleado de apellido González, alias "Muñeca", ambos de Frías.

"Tenencia de estupefacientes con fines de comercialización" son los cargos atribuidos por la fiscal Natalia Simoes, diez meses después del golpe policial en cinco domicilios diferentes y a raíz de una denuncia anónima.

Jaque al submundo

Aquella jornada, los policías "golpearon" en la casa del "Gordo", en pasaje Grosso al 400, B° 40 Viviendas; luego, en el pasaje Ramón Ramírez al 100; otra en calles Nicaragua y Costa Rica; también, un taller de motos en calle Carlos Monti, entre San Juan y Quintana, y un local de venta de elementos de caza y pesca, en avenida San Martín.

Fueron incautados elementos de corte, balanzas, $169.000 y U$S 501, un automóvil Volkswagen Gol, otro Volkswagen Bora gris, un Volkswagen Gol Power verde y una bicicleta todo terreno Foxter.

El juez de Control y Garantías, Guillermo Paradelo, presidió ayer la audiencia en cuyo transcurso se debatió la oposición a la requisitoria de elevación a juicio, motorizada por la fiscal Natalia Simoes.

A su turno, la defensa, a cargo del doctor Juan José Saín, pidió la libertad de los dos imputados. A la vez que planteó la nulidad de orden de allanamiento, de la requisitoria de elevación a juicio y bregó por el sobreseimiento mutuo para instar al cambio de calificativa.

Saín, rumbo a la Cámara

Después de escuchar a las partes, el magistrado rechazó todos los planteos de la defensa, quien ya adelantó que apelará la elevación a juicio y acudirá a la Cámara de Apelaciones. Allí jugaría el último "comodín", o bien indefectiblemente lo esperaría el resistido plan "C": un juicio abreviado.

Saín intenta agrietar el procedimiento y, con ello, apostar fuerte a un cambio de calificativa, según se desprende de la estrategia que se visibiliza en las audiencias.

Una de las objeciones sería las condiciones en que fue incautada la droga, la cual a criterio de la defensa no era para la comercialización, sino más bien para consumo propio.

A sabiendas de esa probabilidad, enfrente la fiscal Simoes contragolpea desde que se iniciara la batalla de criterios. Para la funcionaria, la droga no representa un elemento aislado en el proceso, sino que debe merituarse dentro de un contexto mayor.

En él, sostiene Simoes, las pruebas reflejan que el "Gordo" Vella reinaba en una red de venta de drogas, sin distinción de sexo, edad o poder adquisitivo.