Asesinó al abuelo a mazazos y busca zafar alegando insanía Asesinó al abuelo a mazazos y busca zafar alegando insanía
Un mecánico es juzgado por asesinar a mazazos y degollar a su abuelo, y la única tabla de salvación capaz de rescatarlo de la prisión perpetua es que el tribunal considere que es un alienado mental, para de esa forma ser declarado inimputable.
En el banquillo de los acusados se encuentra Gonzalo Daniel Barraza Pereyra. Según los fiscales, Carla León, álvaro Cantos y la instructora Fernanda Vittar, la noche del 26 de agosto del 2018 dio muerte a su abuelo, Felipe Santiago Pereyra, de 74 años.
El escenario de la masacre fue una casa ubicada en calle Congreso N° 649, B° Primera Junta. El anciano dormía tapado con una frazada. En esas condiciones, su nieto lo habría ultimado golpeándole en la cabeza con una maza. A la vez, recurrió a un cuchillo para cortarle el cuello.
En estos años de instrucción, todos los expertos descartaron que el mecánico haya dejado atrás la cordura y diese muerte a su abuelo perdido por una intoxicación con las drogas.
En la jornada inaugural de las audiencias, el imputado prefirió no declarar. Luego, prestaron su testimonio vecinos, policías a cargo del procedimiento, el familiar que lo halló sin vida y una forense.
Puesto en perspectiva, en las dos jornadas del debate todos confirmaron lo obvio: Felipe Santiago Pereyra ha sido hallado muerto y hasta es probable que jamás sintiera nada cuando su nieto liberó a su demonio interior.
Ahora, la batalla está dada por dos estrategias contrapuestas: León y compañía tienen la certeza que aún preso por las drogas, Gonzalo Daniel nunca perdió su juicio y siempre comprendió la criminalidad del acto que estaba cometiendo. Por ejemplo, la parte acusatoria recordó que tras dar muerte al abuelo, el mecánico habría salido de la casa y revelado a unos amigos: "Acabo de matar a uno..."
Sin embargo, 3 años y casi 10 meses después, los recuerdos pareciesen hacer aguas y varios testigos dijeron, al menos ayer, no recordar mucho sobre el sangriento final del septuagenario, cuyo triste adiós se habría precipitado al negarle dinero a su nieto para costear su adicción a las drogas.
