Odiaba a su beba por ser blanca y quiso entregarla a cambio de un terreno Odiaba a su beba por ser blanca y quiso entregarla a cambio de un terreno
El ex boxeador termeño
Luis Fernando Córdoba habría
propuesto a su tío “Cuqui”
ávila que le comprase un
terreno y a cambio, le permitiría
quedarse con su propia hija
de 1 año y 6 meses, quien
dejó de existir meses después
por múltiples golpes en todo el
cuerpo.
Los capítulos corresponden
a una historia desoladora
de la nena, Tatiana Córdoba,
quien falleció el 6 de noviembre
de 2018.
En el banquillo de los acusados
se encuentran los padres
biológicos de la menor,
Milagros Beatriz Bulacio y Luis
Fernando Córdoba, quienes
enfrentan una posible pena
de perpetua, al ser acusados
de “homicidio calificado por el
vínculo”, cargos del fiscal Rafael
Zanni.
De las audiencias se desprende
que al nacer Tatiana
sus padres no estaban felices
con ella.
Los testigos indicaron
que era notorio el desamor
insólitamente “por su color
de piel”.
Sin embargo, apareció en
la vida de la pequeña Tatiana,
una pareja salvadora. La de
“Cuqui” ávila y esposa.
Fueron
los únicos que le habrían prodigado
amor, alimentos y la debida
atención médica a la nenita.
Ante el tribunal, una pediatra
declaró que ávila llevaba a
la niña a sus controles médicos
periódicos.
La beba estuvo
un tiempo con ellos, y aún
después de que sus padres
se la arrebataron de sus manos,
ávila siguió preocupándose
por la niña. La médica clarificó
que al volver con sus progenitores,
su cuerpito y ropas
dejaban entrever falta total de
cuidado.
Un “trueque”
Los protagonistas contextualizaron
por qué Tatiana
no se quedó con los ávila.
Córdoba habría extorsionado
a ávila, para que le comprara
un terreno determinado y
recién entonces se quedaría
definitivamente con Tatiana,
su hija.
El amor por la nena era inmenso,
pero acabó rindiéndose
ante una realidad palpable
y terrenal: “Cuqui” no tenía
dinero.
Fastidiado, Córdoba
cargó en un bolso el mundo
de Tatiana y se la llevó,
destruyendo el vínculo afectuoso
en crecimiento, cama y
comida, que ávila le prodigaba
a la menor.
A los pocos meses de ese
hecho, Milagros Beatriz Bulacio
se presentó cierto día con
Tatiana en el hospital de Las
Termas.
Convulsionando y muy
descompensada, los médicos
recibieron a la paciente, pero
no lograron estabilizarla y
la vida se le fue de las manos
rápido.
El cuerpo de Tatiana habló
en la autopsia y expuso que
había sufrido “fracturas, golpes
en la cabeza, hundimiento
de cartílago y asfixia”.
El informe
forense fue contundente
y derivó en la detención inmediata
de sus padres.
Ahora, los vocales Julio
Carmelo Vidal, Raúl Santucho
(h) y Graciela Neirot de Jarma
se aprestan a dejar caer
el martillo de la Justicia sobre
la conducta y el accionar
de los acusados.
Aunque
Tatiana ya no está, sus padres
descubrirían ahora que
el mundo en que cometieron
sus pecados, no es el mismo
en que su defensa brega por
enmendarlos.