Llevó a sus dos hijas por chips anticonceptivos y descubrió que las abusaba su abuelo y el vecino

Una mujer solicitó en el CIS Banda (Centro Integral de Salud) que le fueran insertados chips de anticoncepción a sus dos hijas, de 12 y 14 años, pero a las pocas horas los medios y más tarde la Justicia determinaron que eran abusadas sexualmente. No se tardó en descubrir que los responsables eran su abuelo paterno y un vecino.

Habrían sido al menos tres años de pesadilla para las niñas, en un paraje del departamento Figueroa. La fiscal Jésica Lucas los imputó de "abuso sexual reiterado agravado por el vínculo", el abuelo, y "abuso sexual con acceso carnal", al vecino.

El hecho clave para descubrir el ilícito fue un pedido de implantación de chips anticonceptivos a las víctimas que viven solas con el abuelo. Una tía de ellas le advirtió a la mamá de las víctimas que "ya tenían edad para que pensara en que lo mejor hoy es evitar un embarazo".

Características del implante

Un chip anticonceptivo es un método moderno para evitar embarazos no buscados, basada en una varilla plástica del tamaño de una cerilla. Se implanta mediante un proceso simple debajo de la piel en la parte superior del brazo y tiene una vida útil de tres años. Libera una dosis baja, y regular, de una hormona progestacional que inhibe la ovulación, ya que engrosa la mucosa del cuello del útero y afina el revestimiento del útero (endometrio).

Según los primeros pasos de la causa, las víctimas vivían con su abuelo paterno. Su madre, con una vida paralela y su padre, fuera de la provincia. En esa orfandad, la odisea padecida por las hermanas se mantuvo años a puertas cerradas.

Mientras internamente la familia debate culpas propias y ajenas, externamente la Fiscalía recibió el informe de los psicólogos del CIS Banda y abrió una investigación. Con luz verde de un juez de Control y Garantías, el abuelo y el vecino han sido detenidos.

La joven de 14 años relató ya que hace varios años, su abuelo comenzó a manosearla y llegó a accederla. Cada noche, en la oscuridad, el sujeto liberaba sus bajezas humanas, sin que la adolescente pudiera huir. ¿Hacia dónde?, si sus padres estaban lejos.

Una y otra, sometidas por adultos

El cuadro de la hermana no difiere mucho. Solo que su verdugo no habría sido su abuelo sino sería un vecino. Para los expertos, los dos presos abusaban de las menores a sabiendas, uno del otro.

Los dos acusados están ahora en la sombra de una celda. Con el candado en sus manos, la fiscal Jésica Lucas puso en marcha el andamiaje legal, con la realización de una batería de medidas judiciales para marchar a pié seguro en el proceso.

Por lo pronto, se prepara la concreción de una declaración de las niñas en Cámara Gesell, testimoniales, un riguroso informe socioambiental y pericias psicológicas para unos y otros.

Martes, indagatorias y la Fiscalía apura el trámite

Los dos individuos serán indagados este martes. La policía trabaja fuerte, en virtud de que Lucas tiene dos semanas para cimentar las bases de un proceso que al final del túnel tal vez los aguarde un juicio con posibles condenas de hasta 15 y 20 años, para el vecino o el abuelo.

Prima facie, objetivamente la Justicia tiene a dos hermanas abusadas y dos acusados. Ahora, Lucas deberá adosarle pruebas científicas y testimonios, sobre los cuales desandar los días aciagos de dos menores esclavas sexuales de dos adultos.