Adolescente pierde visión y afirman que los "Bandeños" eran alentados por su padre

Dos hermanos, conocidos como "Bandeños", enfrentan un complejo proceso judicial en esta capital, tras atacar a tiros a una adolescente, provocarle la pérdida del ojo derecho y arrastrar en su debacle a su propio padre, gestor de tres emboscadas con "tumberas".

Allí, básicamente cimentan las bases de su investigación, la fiscal Lorena Nieva y su equipo de trabajo, quienes imputan al dúo "homicidio en grado de tentativa". Los acusados son Alejo Eduardo y Lucas Julián González, con residencia en el B° La Isla de La Banda.

De acuerdo con la denuncia de la familia de la adolescente, la madrugada del 25 de julio, junto a una hermana regresaban caminando a su casa del B° Juan Felipe Ibarra. Habían participado de los festejos por el cumpleaños de Santiago, en la plaza Libertad.

Mientras caminaban por calles Añatuya y Oncativo, los "Bandeños" las interceptaron en motocicleta. Al parecer, Alejo extrajo una "tumbera" y disparó. Al menos cinco tiros hizo, uno de los cuales dio en el ojo derecho de la jovencita de 13 años.

Mientras los sujetos escapaban, la gente socorrió a la víctima. Urgente, fue trasladada al Cepsi. Presentaba un hematoma bipalpebral en el ojo derecho, más lesiones y escoriaciones rostro y cuero cabelludo.

El contexto

Una semana después, los testigos indicaron que desde temprano, los "Bandeños" y su padre (apodado el "Gordo") provocaron a mucha gente. Por ejemplo, en un momento habrían atacado a trompadas y patadas a un joven, quien quedó tendido en avenida Aguirre.

Su madre declaró que ella estaba presente. Ahondó que los "Bandeños" los alcanzaron, mientras caminaban, golpearon a su hijo y después le apuntaron a ella. "No, dejala que ella no es", habría gritado uno de los hermanos. Ello deja entrever que los "Bandeños" salieron de "cacería", al parecer dando entidad a la teoría de que odian a los jóvenes del norte capitalino, en especial a los afincados en el B° Villa Tranquila.

Cada capítulo de esa historia será notificada hoy por la fiscal a la defensa de los "Bandeños", abogada Pamela Gadán, y todo indica que los individuos guardarán silencio, ya que ésta precisa tiempo para ensayar una estrategia. Vale subrayar que los dos tienen como mínimo 15 días de detención, tras las redadas y allanamientos refrendados por el juez de Control y Garantías, Rodolfo Améstegui.

A ello se le suma el cuadro más que imprevisible en la menor herida en su ojo derecho, y Nieva espera los informes médicos para tener una visión real de las consecuencias, aún cuando trascendió que la paciente ha perdido la visión.

Las indagatorias están previstas para las diez. Luego, los dos jóvenes serán retornados a su lugar de detención, bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Todos los testigos confiaron que la madrugada del 25 de julio salieron a buscar sangre, movilizados por el odio.

De paseo en motocicleta y destilando odio a otros chicos

Los testigos habrían declarado que los dos hermanos suelen frecuentar los barrios del norte y que tienen cierto odio a los chicos del B° Villa Tranquila. Es más, señalaron los informantes que aquella madrugada los acusados eligieron los objetivos, uno de los cuales tendría vinculación con la familia de una ex novia.

Siempre sobre la base de la compleja investigación, la Fiscalía indaga en dos sujetos con cierto apego a la violencia, pero también al oscuro submundo de las drogas, precisó un alto funcionario policial.

Cada una de las piezas del rompecabezas anoche era analizada por Nieva. La funcionaria sospecha que hay algo más que el solo ataque a la jovencita y sorprende a los instructores el alto grado de ira en los dos imputados.

Pericias y un socioambiental

Por otra parte, la investigación habría desnudado también que los agresores después huyeron en moto y buscaron refugio en la casa de una tía, donde luego la policía los buscó en plena maratónica ola de allanamientos.

Ni bien los acusados terminen las indagatorias, Nieva profundizará el proceso y no se descarta que hasta impute al padre de los González, ya que fue apuntado como el que los arengaba a atacar a tiros a los jóvenes y hasta intervino en una sangrienta golpiza a un adolescente, abandonado en avenida Aguirre.

Los testigos señalaron que el progenitor gritaba que tenía amigos y podría hasta imponer una fachada, con la impronta de un accidente, a las incursiones sangrientas de sus hijos.