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A cuatro años del fallecimiento de Nisman, la Justicia aún no tiene a los responsables de su muerte

17/01/2019 23:32 Política
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A cuatro años de que la Argentina

y el mundo se vieran sacudidos

por la noticia de la muerte del titular

de la Unidad Fiscal de la Amia, Alberto

Nisman, la investigación judicial aún

no logró determinar a los responsables

del crimen. El caso tuvo una fuerte

connotación política, ya que el fiscal

había acusado al gobierno de Cristina

Kirchner de impulsar un acuerdo económico

con el gobierno de Irán, a cambio

de levantar las alertas rojas de Interpol

que pesan sobre funcionarios

iraníes acusados de ser los autores intelectuales

del atentado con un coche

bomba en la sede de la Amia, en 1994.

La Justicia argentina afirma haber

probado “prima facie” que el fiscal Alberto

Nisman fue asesinado de un disparo

en la cabeza como consecuencia

de su denuncia por encubrimiento del

atentado a la Amia pero, a casi cuatro

años de aquel día, no pudo determinar

quién fue su victimario ni el o los culpables

detrás de aquel hecho.

Actualmente, bajo la responsabilidad

del juez federal Julián Ercolini y el

fiscal Eduardo Taiano, la causa que investiga

la muerte del fiscal ha pasado

por distintos jueces y fueros e incluso

informes, uno del Cuerpo Médico Forense,

que dijo que no se podía constatar

la presencia de terceras personas

en el baño, y otro de Gendarmería

Nacional sostuvo que fue un homicidio.

Con todo esto, en el último movimiento

de la causa, la Cámara Federal

porteña apuntó que la muerte de Nisman

se trató de un asesinato.

El diario El País de España hizo un

repaso detallado de los hechos hasta

el presente en el que el pedido de Justicia

de la familia del fiscal, de la sociedad

argentina y de la comunidad internacional

se hace más fuerte que nunca.

A principios de 2015, el fiscal Nisman

se aprestaba a denunciar a la presidenta

Cristina Kirchner y al canciller

Héctor Timerman (f) por encubrimiento

de los autores, presuntamente

agentes iraníes, del atentado contra la

Asociación Mutual Israelita de Argentina (Amia), que el 18 de julio de 1994 había

causado la muerte a 85 personas.

Sin embargo, Nisman apareció muerto

de madrugada, el 18 de enero, en el baño

de su apartamento en las torres Le

Parc, en el exclusivo Puerto Madero.

Tenía un balazo en la cabeza y luego

de una larga discusión y planteos y

diversas autopsias y pericias, la Cámara

Federal de Buenos Aires considera

probado que fue un asesinato. Sin embargo,

no hay culpables, pero si sospechosos

de haber participado del hecho,

como Diego Lagomarsino, su excolaborador

y de quien se cree era un

espía de la exSide. Fue Lagomarsino

quien le llevó el arma de la cual salió el

disparo que acabó con la vida de Nisman.

También están acusados los custodios

que debían velar por la seguridad

del fiscal.

El gobierno de Israel proclamó que

Alberto Nisman fue un héroe, un hombre

que trató de hacer justicia y fue

asesinado, probablemente, por los

servicios secretos paralelos del kirchnerismo.

Pero también hay una corriente

de opinión que “le consideran

un villano, un evasor fiscal (tenía una

cuenta oculta en Nueva York) que tras

una dura discusión telefónica con su

ex esposa empuñó una pistola y acabó

con su vida. Hay argumentos de un lado

y de otro”, señala el artículo del corresponsal

de El País, Enric González.

Hechos

Nisman viajó a Londres con su hija

Iara, de 15 años, el primer día de 2015.

Su ex esposa, la juez federal Sandra

Arroyo Delgado, y la otra hija, Kala, de 8

años, debían encontrarse con ellos en

París el 23 de enero. Ese viaje era el regalo

de cumpleaños para Iara. Pero una

vez en Europa, Nisman supo que el gobierno

había apartado a dos fiscales

federales incómodos para Cristina Kirchner

y no tuvo dudas de que él sería el

siguiente. Pese a la reacción furiosa de

su ex mujer, el fiscal decidió cancelar el

resto del viaje y volvió a Buenos Aires

desde Madrid. El día 14 de enero, antes

de que pudieran retirarle el caso, presentó

ante los tribunales una denuncia

de 289 páginas contra la ex presidenta

y varios de sus ministros. Faltaban las

pruebas, que iban a adjuntarse, en 19

DVD, el lunes 19 de enero. Consistían,

básicamente, en escuchas telefónicas.

Ese mismo día, Nisman debía comparecer

ante el Congreso para explicar sus

investigaciones.

El viernes, 16 de enero, Nisman fue

entrevistado por la Agencia Judía de

Noticias: “Ojalá todos los ciudadanos,

los 40 millones, puedan escuchar y ver

la prueba que tengo entre mis manos”,

dijo. El sábado 17, a las 8 de la tarde, el

informático Diego Lagomarsino, entonces

colaborador de Nisman y supuesto

cómplice en una evasión de impuestos,

hoy procesado como partícipe necesario

en el asesinato, llevó a su jefe

una vieja pistola que había heredado.

Nisman quería un arma para protegerse,

fue la versión que dio el excolaborador

del fiscal. Cuando Lagomarsino

abandonó el apartamento de Nisman

en Puerto Madero, poco después de

las 8, se fueron también los dos guardaespaldas

que velaban por el investigador.

Nisman murió unas seis horas

después, sobre las 2 de la madrugada

del domingo 18. Justo un día antes de

presentar las pruebas.

Sus antiguos colaboradores afirman

que Alberto Nisman estaba de

buen ánimo y que el suicidio resulta

impensable. La primera fiscal que investigó

el caso, Viviana Fein, tuvo para

los analistas jurídicos una actuación

catastrófica. Unas sesenta personas

pasearon durante horas por la escena

del crimen. Cualquier posible indicio

fue destruido. Los escoltas limpiaron

el arma con papel higiénico. Desaparecieron

varios pendrives con documentación

sobre el atentado contra

la Amia y sobre la supuesta conspiración

de Kirchner con el gobierno iraní

para, bajo el paraguas de un memorándum

de entendimiento, encubrir a

los autores. De las pruebas supuestamente

abrumadoras que Nisman debía

aportar a los tribunales nunca más

se supo, pese a que las conocían varios

de sus colaboradores. Las escuchas

en que se basaba la acusación ya

se han difundido.

El pasado 30 de diciembre murió

de cáncer el ex canciller Héctor Timerman,

uno de los acusados por Nisman.

La ex mujer de Nisman, la juez Arroyo,

renunció también en diciembre a

ser parte querellante en la causa por la

muerte del fiscal, cansada de las amenazas

contra ella y sus hijas. La madre

de Nisman sigue asegurando que su hijo

fue asesinado.

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