Docentes loretanos destacaron las virtudes de los antepasados maternos de Belgrano

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADOLa profesora María Inés Soria de Neder, capacitadora del Instituto de Formación Docente N° 5 de la ciudad de Loreto, hizo un detallado relato de la rama santiagueña de los antecesores del general Manuel Belgrano, al recordar el carácter y otras virtudes de sus abuelos maternos y de su bisabuela, Lucía Islas y Alba, así como de los hermanos de ésta. La docente señaló que “la vieja Villa Loreto, poblado de donde era oriunda la distinguida familia Islas, siempre fue un lugar especial, tanto por su ubicación geográfica, cercano al entonces Camino Real en Santiago del Estero, como por la maternal presencia protectora de la Mamay Nokaq (Madre Nuestra, voz quichua)”.

Luego relató que “Lucía, la segunda de los cuatro hijos que tuvo el capitán José de Islas, llamado el Protector de Indios -quien entre otras cosas cediera terrenos para la formación de la Villa Loreto-, era hermana de José Baltasar, Juan y Juana. El primero de estos restauró la capilla en honor a la Virgen de Loreto e hizo un cementerio para huérfanos y desamparados junto a aquella”.

Recordó que “la joven loretana siempre piadosa, sensible y luchadora, se casó en 1713 en Santiago del Estero con Don Juan Guillermo Gutiérrez González y Aragón. Tuvo tres hijos, en este orden: Gregoria, Juan José y José González Islas. El segundo de ellos, y su esposa María Inés Casero Ramírez, fueron los padres de María Josefa González Islas y Casero, quien a su vez fue la madre del general Belgrano”.

Familia piadosa

En cuanto a sus atributos, señaló: “Aquella distinguida señora vivió junto a su marido e hijos en Santiago del Estero. Ella fue muy compañera siempre de Don Juan; y su marido, un hombre muy devoto, a tal punto que cuando enviudó de su querida esposa tomó los hábitos junto a uno de sus hijos. Además él creó una hermandad para asistir a enfermos durante una gran epidemia”.

En su opinión, Lucía ejerció influencia en Belgrano; “Siempre humana, solidaria y trabajadora, Lucía forjó cual artista el advenimiento del prócer creador de nuestra Enseña Nacional. Aun cuando su familia era adinerada y acomodada, pues podían darse lujos que el común de la gente no, sensibilizó a los suyos con sus cotidianos actos humanitarios, casi como una docente, mostrando la importancia de hacer y dar frutos desde donde se podía para el bien de muchos”.

Lamentó que “su vida fue corta, pues con pocos años murió. Pero a los privilegios que el destino le otorgó no los guardó para ella sola. Y su bisnieto fue la ‘buena cosecha’, bendición de esas bondades heredadas que las aprendió, sin dudas, dentro de su gran familia”. l