Un gobierno nacional fracturado no puede “poner plata en el bolsillo de la gente” Un gobierno nacional fracturado no puede “poner plata en el bolsillo de la gente”
El economista Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (Cene) de la Universidad de Belgrano, analizó los escenarios económicos que plantea "la inédita, imprevista y aplastante derrota del oficialismo" en las Paso 2021 y el efecto de las medidas que analiza el Gobierno nacional.
Beker alertó que "la opción que parece ser la elegida es interpretar que la debacle electoral puede contrarrestarse ''''poniendo plata en el bolsillo de la gente'''', para generar un shock de consumo. A tal efecto, habría un aumento general de salarios y jubilaciones para las escalas más bajas y se incrementaría el gasto social y la obra pública, utilizando para ello los fondos provistos por el FMI y, llegado el caso, emitiendo una cuasi-moneda para su financiamiento. A ello se sumaría una estricta política de control de precios con fuertes sanciones a quienes no la acaten", puntualiza Beker.
"Este paquete probablemente requiera de un cepo reforzado que se extendería al mercado ''''blue''''. Sin embargo, esta estrategia tropezaría con la dificultad que plantea para su implementación un gobierno debilitado y fracturado. Además, si el resultado de noviembre no fuera el esperado, podrían reeditarse las 72 horas de furia de la semana pasada", anticipó.
“Si bien los cambios en
el Gabinete parecen indicar
que una segunda alternativa
ha sido dejada de lado,
la otra opción consistiría
en interpretar el mensaje
de las urnas como un voto
en favor de una liberalización
de la economía. Cabe
señalar que, por primera
vez en muchos años, un
25% del voto de CABA respaldó
propuestas de contenido
profundamente liberal,
como hacía tiempo no
se escuchaban en el país”,
indicó Beker.
“Claro está que un cambio
de rumbo en esta dirección,
por moderado que
sea, requeriría de un acuerdo
con la oposición, para
darle sustento en el Congreso
y viabilidad política.
En tal caso, un acuerdo con
el FMI, una flexibilización
del cepo cambiario, una actitud
más amigable hacia la
inversión privada y un fomento
de la radicación de
capitales, sin restricciones
geopolíticas, en actividades
clave: litio, Vaca Muerta,
obra pública, industrias de
la salud, economía del conocimiento
y el sector agroindustrial
podrían ser una
agenda desarrollista, para
revertir esta nueva década
perdida”, señaló.
“Ello iría acompañado
de un plan que permitiera
reducir la inflación, en base
a un conjunto de instrumentos
monetarios, fiscales
y de política de ingresos
coherentes, que posibilite
llegar a 2023 con una inflación
de un solo dígito”, sostuvo
Beker como un escenario
posible, pero improbable.
A su vez, no descarta
un tercer escenario: “Podría
ingresarse en una etapa
similar a la vivida por el
gobierno del expresidente
Alfonsín, tras el triunfo
de Cafiero en las elecciones
de la provincia de Buenos
Aires de 1987, caracterizada
por una agonía política
y económica que culminó
con la entrega anticipada
del poder, en julio de
1989”.
“La deuda es la mayor registrada desde 2005”
Beker también advirtió en
su último informe que la deuda
de la Administración Central
en pesos y en moneda extranjera
pasó de U$S323.065
M. a fines de 2019 a 335.556
M.a fines del primer trimestre
del 2021. También aseguró
que esta suba fue acompañada
de una leve baja de la
participación de la deuda en
moneda extranjera, que cayó
del 77,8% en 2019 al 76%
en 2021.
“El stock de deuda externa
bruta total con títulos
a valor nominal residual, al
31 de marzo de 2021, era de
U$S269.508 M., según la información
que regularmente
suministra al respecto el Indec.
Ese mismo guarismo era
de 277.648 M. al 31/12/2019.
Por lo tanto, se verifica una
merma de 8.156 M. en el período
de referencia”, subrayó
Beker.
“Sin embargo, -agregóse
observa que el Banco Central
registró un aumento en
su deuda en moneda extranjera
al pasar de U$S24.503
millones a 25.230 millones,
al igual que las sociedades
no financieras y particulares,
cuyo endeudamiento creció
de 71.523 millones a 73.028
millones”, aclaró.
Por otro lado, Beker señaló
que, de la deuda en pesos,
la mayor parte está indexada
por CER: “Según un
informe de la Oficina de Presupuesto
del Congreso, el volumen
de la deuda de la Administración
Central representaba
en 2020 un 102,8% del
PBI, el mayor guarismo desde
2005, tras haber alcanzado
un mínimo en 2011, con tan
solo el 38,9%”.