Desvalijan una casa de comerciantes en El Zanjón; roban bienes y cifra millonaria

Una familia de comerciantes con residencia en El Zanjón habría sido desvalijada y despojada de más de $ 1.300.000, incluidos artículos electrónicos, y uno de sus dos autores terminó preso en un procedimiento antidrogas.

De acuerdo con la investigación de la fiscal Celia Mussi, el golpe fue perpetrado el fin de semana, mientras sus propietarios se encontraban ausentes.

La denuncia indicaría que al retornar la familia damnificada descubrió que su vivienda literalmente fue tomada por asalto.

El “botín”

Así, con las habitaciones y muebles violentados, los habían despojado de pesos argentinos, dólares y artículos electrónicos, trascendió anoche.

Lejos de bajar el perfil, al menos uno de los presuntos delincuentes reapareció en escena anteayer a las 8 de la mañana en Julián Tardieu y Avenida Víctor Yunes, B° Siglo XXI, una de las calles laterales de una escuela.

El pasajero “Cabe”

Se trata de un sujeto apodado “Cabe”, quien adquirió indeseada notoriedad apenas 48 horas antes, merced a un remisero que alertó a la policía. En menos de diez minutos le fueron incautados $585.900 y U$S 400; además de varios envoltorios con marihuana: 250 gramos, según el pesaje posterior de la Dirección de Drogas Peligrosas.

Con tamaño hallazgo, la fiscal Celia Mussi habría sido interiorizada sobre la historia de “Cabe”, quien el domingo quedó a cargo del fiscal Juan Alende.

Prima facie, trascendió que el sujeto se encontraba en una casa de manzana 30, inmueble que fue allanado horas después.

El eslabón perdido

Aunque la policía se aferraba a una infranqueable veda verbal, se sabe que Mussi buscaba afanosamente a un cómplice de “Cabe”. Los investigadores intuyen que fueron dos los ladrones de El Zanjón y que tras repartirse el “botín”, “Cabe” cayó en desgracia ante un remisero perspicaz.

Hasta el cierre de esta edición, se perfilaban vanos todos los esfuerzos por persuadir a “Cabe” para que presentara a su “socio”.

Ahora bien, si el sujeto optara por no entregar a su cómplice, subyacía un plan B: los funcionarios desplegaban informantes en la zona sur, a sabiendas que la lealtad del bajo mundo con “Cabe” se agrietaba y tenía fecha de vencimiento.

En ese propósito, una corriente deslizó que su cómplice estaría al caer y los policías confiaban en que la tan temida exposición lo empuje a cometer un error y acabe esposado hoy o mañana.

Los celulares, claves para armar el rompecabezas

Los celulares, claves para armar el rompecabezas

A contrarreloj, la Fiscalía intentaba anoche dar con el otro sujeto al que se acusa de desvalijar la casa de El Zanjón.

Una de las piezas clave en que descansaba el optimismo policial era la tecnología.

Los expertos indagaban entre todos los contactos de “Cabe”, un individuo amante de los celulares y redes sociales.

Aun cuando él se inclinaba más por el silencio, su celular parecía hablar y desandar todos sus últimos movimientos, en especial en El Zanjón.