Equino Terapia: caballos que curan

Montar un caballo es para muchos una actividad altamente placentera, y últimamente un medio para tareas de rehabilitación en casos que impliquen algún tipo de discapacidad física o psíquica.

Así es como cada fin de semana, distintas agrupaciones de Santiago dedicadas a la equinoterapia, encaran una denodada tarea para aprovechar los fines terapéuticos de montar un equino, y con ellos, cientos de historias de niños y niñas que experimentan una evolución, con la felicidad como sostén y el ánimo para poder vencer cualquier barrera física.

En nuestra provincia, al menos en la capital y La Banda, son distintas las agrupaciones de voluntarios que realizan las terapias con equino. Uno de esos lugares es el hipódromo 27 de Abril de Costanera norte, donde trabaja el grupo “Equinoterapia Intishskan” (El sol entre las nubes); en el vivero San Carlos (Ruta 51 y vías, en La Banda), cuenta con su espacio “Equinoterapia Solidaria Santiagueña”; en la localidad de Maco, otro grupo de voluntarios lidera el espacio “Caminando Juntos Equinoterapia”, mientras que el Club Hípico de Santiago del Estero cuenta con una Escuela de Equinoterapia, dirigida por la profesora Patricia Suárez, dedicado a brindar a muchas familias esta técnica terapéutica y coadyuvante.

La equinoterapia aprovecha los principios terapéuticos del caballo para tratar discapacidades que pueden ser congénitas o adquiridas. Se basa en aspectos como la transmisión del calor corporal y de los impulsos rítmicos y en que el caballo puede desarrollar una marcha muy similar a la humana.

Aprendizaje y adaptación

La también denominada “hipoterapia” busca solucionar, además, los problemas de aprendizaje y adaptación que presentan los niños afectados por alguna discapacidad. Esta herramienta aumenta la motivación, estimula la afectividad, mejora la atención y concentración y ayuda al aprendizaje pautado de acciones, con el cual se logra aumentar la posibilidad de independencia.

Como es una modalidad que no discrimina edades, en Santiago del Estero se recomienda hacer esta terapia a niños desde el año de vida, hasta adultos mayores, que tengan distintas patologías, aunque los casos más comunes se da en niños y niñas.

Además, al practicarse terapias al aire libre, la incorporación de la naturaleza, los árboles, y todo el ambiente en general que transmite el Parque Aguirre, el hipódromo, el vivero San Carlos, el Club Hípico y un campo abierto de Maco, constituyen los escenarios propicios para desarrollar un tratamiento acorde a las necesidades de cada persona.

En estos lugares es donde un importante grupo de jóvenes voluntarios, profesionales de la salud, entre otros, suman su granito de arena para hacer más feliz la vida de los pequeños de diferentes edades, y estas son algunas de sus historias.