En Villa Silípica se celebrará hoy la fiesta de la beata Mama Antula

Hoy es el día de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, la beata santiagueña, y la festividad central tendrá lugar hoy en la capilla que lleva su nombre en la localidad de Villa Silípica, con modificaciones respecto de años anteriores, debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de coronavirus.

En este sentido, el Obispado de Santiago del Estero dispuso que sólo se realice la misa central que tendrá lugar a las 11 y que será presidida por el obispo diocesano, monseñor Vicente Bokalic. Previamente se impartirá el sacramento del bautismo.

Por lo tanto, la concentración y desayuno comunitario que solía realizarse en la capilla de la Virgen de Monserrat, no se realizará, como tampoco la procesión ni la tradicional fiesta popular con la que se cerraban los festejos.

Recomendaciones

Al dar a conocer las nuevas disposiciones, el obispo diocesano invitó a los fieles “a que se tomen todos los recaudos necesarios y se respeten las normas de bioseguridad en la celebración de la santa misa, como ser el uso de barbijo o tapaboca, solución de agua con alcohol al 70% o alcohol en gel, evitar tocar las imágenes, distanciamiento social, entre otras”.

Pidió a los devotos evitar trasladarse hasta Silípica, ya que la celebración, que tendrá lugar en el predio aledaño a la capilla será con asistencia limitada para respetar el distanciamiento, y para permitir que sean los lugareños quienes participen de la celebración.

La beata

“La figura de María Antonia de San José, Mama Antula, tiene varios rostros que la muestran como una mujer de infinita misericordia, confiada en la providencia divina, tenaz en la consecución de sus propósitos, humilde hasta el punto de esconder con silencio y evasivas su propia experiencia de Dios, desinstalada y misionera, libre frente a los prejuicios sociales y religiosos, segura de sí misma, austera y sencilla, pero por sobre todo, una mujer de fe”, indicó el padre Mario Ramón Tenti, párroco de Santa María y responsable de la capilla de Mama Antula, al evocar su figura.

Y reflexionó: “La Iglesia del siglo XVIII no es la misma en sus configuraciones teológicas, sociales y culturales que la del presente. Sin embargo, los rasgos más distintivos que la señalan como la Iglesia de Jesús, la comunión y la misión, permanecen perpetuos en el tiempo”. l