5 de junio de 2021, Bicentenario de la Firma del Pacto de Vinará

Por la Lic. Susana Ponce Faila

ESPECIAL PARA EL LIBERAL

Los santiagueños tenemos el orgullo de haber contribuido desde nuestra historia a la organización política definitiva de nuestro país, tomando decisiones en función de legitimar su condición de provincia, decisiones que se convirtieron en grandes acontecimientos que definieron el futuro penetrando en la historia del nuevo país en formación. Es el caso de la firma del Pacto de Vinará del cual se cumplen hoy doscientos años de Historia, una decisión tomada por Juan Felipe Ibarra con el propósito de legitimar la Autonomía Provincial declarada un año antes, poniendo de pie al Federalismo de los pueblos del Norte, encolumnando a Santiago del Estero en el camino de la Organización Nacional definitiva, tomando de modelo el Tratado del Pilar firmado un año antes entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. El Pacto de Vinará sella el respeto, la paz y la hermandad entre las provincias de Santiago del Estero y Tucumán; por primera vez, la ciudad de Santiago del Estero era reconocida por Tucumán en su condición de Provincia y por primera vez, aparecía en el Norte Argentino el Federalismo como una condición natural y necesaria de los territorios del interior del país, legitimando su condición de provincia y por consiguiente el carácter autónomo implícito en la misma.

Desde el año 1.820 en adelante, con la caída del poder central, la confusión, el caos, el desorden la desorientación y el aislamiento, lleva a las provincias a dirimir sus diferencias en enfrentamientos armados con disputas de poder y liderazgos que no solucionan las cuestiones de base; es lo que la historia ha dado en llamar Anarquía; pero es también la época en que las provincias se organizan direccionadas hacia un Federalismo exigiendo la convocatoria de un Congreso que orientara al nuevo país hacia una república federal. Los gobernadores convertidos en Caudillos se lanzan por la disputa y la defensa de sus territorios con derramamiento estériles de sangre que no logran acuerdos con las armas sino con nuevas estrategias que involucran a la palabra empeñada y firmada en un compromiso de paz y amistad. Surgen así los llamados Pactos, Tratados o Acuerdos entre las provincias involucradas y provincias mediadoras que dirimen diferencias y acuerdan límites y respeto mutuo, Acuerdos éstos que actúan y sirven de presión para la convocatoria a un congreso que defina la organización política del país en formación.

El tratado del Pilar firmado en febrero de 1.820 fue el primer acuerdo interprovincial que logra dirimir diferencias y aunar criterios de paz y unidad entre provincias. Por primera vez, se cambiaba las armas por la palabra escrita y sellada donde se acordaban los términos exigidos por cada provincia en función de respeto por la condición federal legalizada en las autonomías respectivas que legitimaba la condición de provincia. El 5 de Junio de 1.821 se firma el Pacto de Vinará con la misma intención y bajo los mismos términos, y lo admirable es que decisiones tomadas por las provincias en función de sus propias necesidades, actuaran en función de presión para la convocatoria de un congreso que se reunió treinta y tres años más tarde por voluntad y elección de las provincias en cumplimiento de esos pactos preexistentes firmados entre las mismas con el objeto de constituir la Unión Nacional. Quizás las provincias desde 1820 en adelante con la firma de estos pactos pensaban en la solución de sus propias dificultades más que en la organización definitiva del país, pero lo cierto es que sus decisiones de conformar acuerdos con una inclaudicable mirada federal presionaron a la convocatoria de un congreso que definiera la unión nacional desde una mirada republicana federal.

El Federalismo es un sistema político que divide el poder entre un gobierno central y gobiernos territoriales, garantizando el respeto por la autonomía de los territorios componentes, con la primacía de los intereses generales del país por sobre los intereses particulares de los estados miembros. Las ideas federalistas surgieron en el movimiento de la Ilustración en Europa como una reacción, una corriente de rechazo al poder absoluto de las monarquías del viejo continente. El Federalismo fue esbozado teóricamente por Montesquieu en el “Espíritu de las Leyes”. 

El Pacto de Vinará, del olvido a la memoria

Prof. Fernando Palavecino

ESPECIAL PARA EL LIBERAL

Cuando llegué por primera vez a Vinará, hace 20 años, los pobladores me anoticiaron entre charla y mates cebados, que alguna vez se firmó allí un tratado de paz entre tucumanos y santiagueños. Recorriendo el pueblo, encontré entre malezas crecidas un pequeño mástil, un busto de Ibarra y una placa que recordaba que Vinará había sido declarado en 1942, lugar histórico nacional. Investigando en la biblioteca popular de Vinará, poco y nada pude hallar que me narrara ese hecho histórico.

Años más tarde, con la creación de la Comisión Municipal de Vinará, la idea de revalorizar este acontecimiento comenzó tibiamente a tomar forma.

Pero, a partir del año 2009, con la creación de un área de cultura en Vinará, el pueblo decidió sacudirse el polvo del olvido que bien lo relata Di Lullo, en La agonía de los Pueblos, en su último párrafo referido a Vinará. “Vinará ahora descansa del trajín de una historia vivida entre sobresaltos y dolores. Descansa en la agonía de la muerte, sigilosamente Vinará se va acabando. Pronto habrá concluido su vida en el polvo que los vientos levantan de los caminos desiertos, olvidada de todos, desconocida de muchos, como si hubiese sido necesario contemplar tanto espanto para morir consumida por la indiferencia, y desaparecer sin haber cumplido el destino a que mínimamente prometía aquella linda aldea de 1825”.

Decidida y renacida del olvido comenzó Vinará a mostrar su historia a toda una provincia y a todo el Norte Argentino celebrando, a partir de 2009, cada 5 de junio aquel tratado de paz y amistad con la provincia hermana de Tucumán. Y se dieron cita infaltable tucumanos y santiagueños, e invitaron a otras provincias del Norte. No faltaron fortines criollos, academias de danzas y músicos para dar color al festejo de un “pueblo de todos”.

Las autoridades provinciales de un lado y del otro, renuevan con gozo de unión hermanable y eterna, la paz firmada en 1821. Las escuelas, con docentes y alumnos, engalanan la fiesta con banderas y delegaciones. Todos comparten temprano un chocolate y medialunas servido con gentileza por el pueblo vinaraqueño, antes de que los sonidos estridentes de la Banda de Música de la provincia anuncien el inicio del acto oficial. Dan colorido de gala los uniformes policiales y militares formados a lo largo del Camino Real que pasa por Vinará.

El protocolar se despliega entre versos alusivos y discursos. El desfile multicolor y multitudinario corona el acto. Las banderas se pliegan y guardan en sus cofres. Y dando paso a la fiesta, los aromas tradicionales inundan el aire del 5 de junio. ¡Qué rico que está este locro¡ ¡Exquisitas las empanadas! resuena entre los invitados. El escenario de la Fundación Música Esperanza del maestro Miquel ángel Estrella se llena de danzas y canciones, mientras el majestuoso quincho se llena de comensales.

Vinará celebra orgulloso su legado histórico. Sin pedir permiso se colgó su legado al hombro y dice presente todos los años, para orgullo de su pueblo, su provincia y todo argentino y argentina que quiera celebrar y renovar cada año un tratado de paz y amistad firmado un 5 de junio de 1821. ¡Salud, histórica Vinará! ¡Salud, pueblo de todos! l