El Señor de los Milagros de Mailín volvió a recibir a sus devotos en multitudinaria fiesta

Con una multitudinaria celebración finalizaron ayer las honras al Señor de los Milagros de Mailín, que volvió a ser presencial después de dos años de celebraciones virtuales, impuestas por las restricciones de la pandemia por coronavirus.

Desde bien temprano, la histórica Villa Mailín se vio convulsionada por la presencia de una multitud que copó las calles, y motivó que se interrumpiera el tránsito vehicular varias cuadras a la redonda de la plaza central donde se encuentra emplazado el templete.

Muestras de congoja, emoción, y alegría se evidenciaron durante la santa misa central que fue oficiada por el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic, y concelebrada por su obispo auxiliar, monseñor Enrique Martínez Ossola, y por su par de la Diócesis de Añatuya, monseñor José Luis Corral.

"Nunca hemos perdido la esperanza de este reencuentro con el Señor de los Milagros de Mailín....", dijo al comenzar su mensaje el pastor, y que se lo vivía con "alegría y tristeza... Alegría por estar ante el Cristo milagroso, y tristeza por tantos hermanos nuestros que ya no están con nosotros".

El prelado se mostró complacido por la gran asistencia de fieles, los que llegaron pese "a las adversidades" por la que atraviesan desde lo económico y lo social.

"Ustedes se van a llevar la gracia, vayan a sus lugares; vayan a sus barrios; vayan a sus comunidades y a sus provincias, a llevar la paz, a llevar el consuelo. Sabemos que la vida nos presenta pruebas en todo momento, pero sepamos que Jesús está con nosotros, que él nos da fuerzas, que él nos anima para que sigamos caminando juntos", les dijo el obispo a los peregrinos al despedirlos al final de la misa.

Numerosos sacerdotes de distintos puntos de las diócesis de Santiago del Estero y de Añatuya acompañaron las celebraciones desde el jueves, día en que comenzó a llegar la mayor cantidad de peregrinos a la Villa.

Todas las ceremonias contaron con la participación de unos 430 servidores pertenecientes a parroquias de la Capital, La Banda y puntos del interior provincial, quienes trabajaron a destajo en la atención de los peregrinos y en la organización de las ceremonias, desde el miércoles pasado.

"Les agradezco infinitamente y les pido disculpas si en algún momento les dije algo en voz alta", les dijo el rector del santuario, padre Quinzio, al final de la misa central.

Movimiento

Villa Mailín volvió a vestirse de fiesta con la presencia tanto de los peregrinos como de los comerciantes que llegaron a comienzo de semana y muchos seguirán instalados hasta el domingo venidero, en que será la fiesta para los pobladores.

Los campings y los espacios de estacionamiento estuvieron colmados y pudieron observarse colectivos de larga distancia provenientes de varias provincias, como Buenos Aires, Chaco, Tucumán, Santa Fe, Córdoba, entre otras.

El despliegue de personal policial fue notorio también en el pueblo, y según el personal de estadísticas de la Policía de la Provincia, entre viernes, sábado y domingo habían pasado por la Villa unas 240.000 personas. La característica fue que una gran mayoría regresó en el día hacia sus lugares de origen.

''''''''La gente tiene mucha necesidad y lo expresa''''''''

"Teníamos cierta expectativa de que la gente se iba a venir masivamente, y fue cierto, porque toda la semana, particularmente desde el feriado del 25, venían muchísimas delegaciones. El sábado fue masivo, esto estaba totalmente lleno", dijo monseñor Bokalic al hacer un balance de esta festividad.

Aseguró que "la gente tiene mucha necesidad, expresa su fe y su confianza en el Señor de Mailín. Sabíamos que veníamos atravesando momentos muy difíciles que viven las familias, y había mucha necesidad de poder llegar, superar este tiempo de la pandemia en que estábamos muy restringidos, y la gente ha llegado de todos lados, de los pueblos de Santiago, pero de muchas provincias".

Consideró el obispo que "el Señor de Mailín tiene mucho que ver en nuestra identidad como pueblo, y esta presencia es reafirmar nuestras raíces, y la manifestación y la presencia del Señor de Mailín, es una expresión tan linda de esa fe que la gente se vuelca".

"Vivimos tiempos de muchísima pobreza, la gente lo vive, lo expresa permanentemente y lo sentimos. La pobreza es creciente y esto es un desafío para todos, especialmente para la dirigencia de nuestro país, porque la fe tiene que ver con estas cosas, con la paz, con la fraternidad, con la solidaridad, tiene que ver con la inserción social. Venimos a buscar la fe, para trabajar por una sociedad mucho más humana, más fraterna, afrontando tantas dificultades", consideró finalmente.