San Martín, un paradigma que liberó en lugar de esclavizar

Por Clemente Di Lullo - Presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Santiago del Estero

A 173 años del paso a la inmortalidad del General José de San Martín, el Libertador de media América del Sur, creemos conveniente reactualizar su legado moral y ético, en un presente argentino enmarcado en una profunda crisis social, política, económica y cultural que nos descoloca en el mundo de las relaciones internacionales.

La sociedad argentina fue abandonando paulatinamente los valores superiores que encarnaron nuestros padres fundadores. Entre ellos, el General José Francisco de San Martín.

Su personalidad y acción creativa lo convirtieron en paradigma porque liberó en lugar de esclavizar, construyó, no destruyó; unió en vez de desunir, privilegió la educación por encima de la ignorancia. Y todo lo hizo en claro gesto de servicio del buen ciudadano que ama a su Patria y sus hombres, luchando contra todos los obstáculos (internos y externos) sin importar el sacrificio que tal situación le exigía.

Perspectiva histórica

La perspectiva histórica, desde nuestro presente agonal acrecienta su figura de estadista, si por tal entendemos a la persona que con mirada inteligente y crítica es capaz de evaluar pragmáticamente las posibilidades y dificultades de llevar adelante un proceso político, histórico, social pensado a largo plazo, a favor de las nuevas generaciones, y para su concreción, es capaz de desprenderse de toda ambición personal de poder perpetuo.

Si ponemos en análisis sus múltiples facetas de militar, político, conductor, filántropo y humanista convencido, nos damos cuenta que fue un precursor en todos esos campos de la actividad humana.

Vaya un dato que es poco difundido en los libros escolares de nivel Primario. Entre las efemérides históricas de la historia del Perú, el Día del Maestro se celebra el 6 de julio en recuerdo que un 6 de julio de 1822 el Gral. José de San Martín creó la primera Escuela Normal de Varones y, siguiendo su ejemplo, gobiernos posteriores fundaron en 1853 la Escuela Normal para Mujeres.

Máximas

Otra cuestión que consideramos debe aclararse definitivamente, es el auténtico sentido de lo que se conoce como Máximas para Mercedes (su hija). En verdad no eran para ella, sino para él y para quienes fueran seleccionados como sus preceptores. Por eso no tienen expresión imperativa sino más bien un sentido propositivo, de allí que utilice las formas verbales: inspirarle, estimular, acostumbrarla y, en forma más requisitoria, las expresiones respeto, dulzura, y amor a la Patria y a la libertad.

Estas propuestas educativas de San Martín para su hija Mercedes son las que hoy se llaman objetivos para orientación de la acción educativa. Sí, realmente, fue un adelantado a su tiempo y transformador del contexto que lo contenía.

Por todo esto, San Martín puede definirse como estadista y notable educador, de sí mismo, de su hija, de pueblos. Conocía que la prosperidad y felicidad de los mismos estaba en la educación, la ilustración, el desarrollo de las industrias, el comercio, pero también las expresiones superiores del arte, ya sea que provengan de un humilde artesano o de un famoso artista.

Surge así con toda fuerza la conclusión de que San Martín es inmortal no solo por sus hazañas militares en Europa y América sino, fundamentalmente, por su elevado espíritu humanitario, humildemente puesto al servicio del bien común.

Servir fue su misión de vida. Aquí reside la deuda moral que los argentinos seguimos teniendo con el legado del General San Martín. Comenzar a pagarla, tal vez, sirva para cambiar nuestra mentalidad y seamos capaces de iniciar el camino voluntario de servir con rectitud y patriotismo a nuestra querida Nación.